La Paz, 20 de agosto (Semanario El Compadre).- Bolivia es considerada como un país tránsito de cocaína, según el ministro de Gobierno, Carlos Romero, quien admite que la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) hace el secuestro de importantes cantidades de cocaína, y detiene a los implicados, pero no atrapa a los “peces gordos”.

A raíz de esta situación, el 7 de julio, el Ministerio Público decidió iniciar una investigación no solo contra algunos funcionarios de la FELCN, sino de la misma Fiscalía, bajo la sospecha de que ambas entidades habrían sido infiltradas por los narcos que alertan a los “grandes capos” ante cualquier operativo.

De acuerdo con Romero, la Policía atrapa solo a los subalternos, es decir, a los “los cuidantes de las haciendas o a los campanas, quienes alertan” del operativo policial

“Pero, los casos irracionantes de emisarios, por ejemplo, de carteles que operen y (que) han sido atrapados tenemos muy pocos. Entonces, ese es un elemento que tenemos que asumir”, aseguró el Ministro de Gobierno.

Sugirió a los uniformados de la fuerza antidroga, extremar los esfuerzos para atrapar a los grandes líderes quienes dirigen los más representativos carteles de narcotráfico. “Seguro que hay (narcos pesados en Bolivia) y no es suficiente lo que se ha hecho para atraparlos”, dijo.

Incluso el presidente del Estado, Evo Morales, el 20 de junio, indicó que “hay policías que venden información”. Recomendó a los uniformados de bajo rango denunciar a los Altos Mandos, si observan hechos de corrupción.

“Estamos diseñando un mecanismo de control de contrainteligencia también para mejorar en este aspecto”, señaló Romero.

El 30% de los internos recluidos en las cárceles de Bolivia guarda detención por la Ley 1008. Y en los últimos tres años se detuvo a 4.000 personas vinculadas al narcotráfico.  El 5 de agosto, a 28 km de Camiri, se encontró un laboratorio de cristalización de cocaína valuado en 500 mil dólares.