Benzema fue el hombre del partido. Aún así, le costó, como le cuesta en su club, donde a veces es capaz de brillar como el que más y otras se esconde para no aparecer en muchos partidos. En su estreno mundialista estuvo desaparecido durante casi toda la primera parte. Fue su primera versión. Después, apareció la segunda, la mejor, la que le ha dado fama y con la que acabó con la resistencia de su primer rival en Brasil.