La playa Marbella en Perú fue el escenario de una tragedia durante la mañana del pasado viernes. Cuatro militares murieron ahogados y otros 13 resultaron heridos, en medio de un suceso que las autoridades intentan esclarecer y por el que ya rodaron cabezas en el Ejército. 

Las primeras informaciones de testigos revelaron que los oficiales del Batallón de Intendencia 511 estaban preparándose para realizar sus ejercicios de natación cuando sorpresivamente fueron arrastrados por una fuerte ola en la playa de Marbella de la región Magdalena del Mar. Sin embargo, horas después, el ministro de Defensa Jorge Nieto Montesinos le entregó otra versión a la prensa.

El funcionario aseguró que, según el relato de algunos muchachos presentes en los hechos, el grupo de militares se acercó a la orilla del mar para tomarse algunas fotos “y en ese momento un oleaje intenso fuerte, habría arrastrado” a algunos de ellos. Una situación que ocurrió luego de que los militares terminaran una rutina de carreras. Y ahí entra la gran pregunta e irregularidad del caso.

Esa actividad de entrenamiento no estaba autorizada ni programada, como lo advirtió el comunicado que emitió el Ejército de Perú. Es decir, no había razón para que la tropa estuviera siquiera cerca de la orilla del mar. Por eso, las actividades físicas realizadas por los oficiales antes de la tragedia son materia de investigación.