El presidente de Ecuador, Rafael Correa, recibió la Orden Iberoamericana de la Justicia en el grado de Gran Cruz por su labor en la transformación de la justicia de su país. Correa logró esta transformación en 10 años de gobierno, dejará el mando de Ecuador el  24 de mayo de 2017.

"Hemos hecho lo que se tenía que hacer, es un reconocimiento a lo que ha hecho el pueblo ecuatoriano (…), los dirigentes políticos, los funcionarios electos… si hicimos algo bien, a lo sumo fue cumplir nuestro deber, por eso la recibo (la Orden) en nombre de todo un pueblo y en particular de los operadores de justicia ecuatorianos", dijo en su discurso.

Se trata de un reconocimiento internacional de carácter honorífico que se entrega a personas destacadas por servicios extraordinarios a favor de la justicia,  esta es la primera vez que se otorga a un presidente iberoamericano. 

El secretario general de la Conferencia Ministros de Justicia Iberoamericanos, Arkel Benítez, destacó que la labor del presidente ecuatoriano permite hablar ahora "de una justicia con mayúsculas, que ha pasado de una visión tradicional del fortalecimiento del Estado derecho rígido hacia la construcción de un Estado democrático y de derechos, una justicia con rostro humano". 

El Gobierno de Correa realizó una reestructuración total de la Función Judicial a través de la creación de un Consejo de la Judicatura que coordina a las entidades relacionadas con la justicia. Se ha invertido 2.528 millones de dólares en el sistema judicial y más de 400 millones en el sistema carcelario, además de la creación de un Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. 

Correa también destacó la inversión en rehabilitación y reinserción social y añadió que seguirá enfocándose "en la eficiencia del sistema", es decir, reducir los costos y aumentar la productividad.