Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático de Brasil, asumió como presidente de Brasil en una ceremonia en el Senado, después de que Dilma Rousseff, la presidenta electa, fuera destituida por 61 votos. 

"Declaro en el cargo de presidente de la República Federativa de Brasil al excelentísimo presidente Michel Temer para el mandato desde el 31 de agosto de 2016 hasta el 31 de diciembre del 2018", declaró Renan Calheiros, presidente del Senado. 

ROUSSEFF

El Senado de Brasil decidió este miércoles la destitución definitiva de la presidenta Rousseff, pero no le quitó sus derechos políticos. En una segunda votación se determinó que la presidenta electa no será inhabilitada para asumir funciones políticas. En la votación, 42 senadores votaron por inhabilitar a Rousseff, 36 votaron a favor de mantenerle los derechos, por lo que no se alcanzó los dos tercios.

La expresidenta Dilma Rousseff manifestó que se trata de una condena injusta. ”Condenaron a una inocente y consumaron un golpe parlamentario", dijo Rousseff después de conocer la decisión. 

"Causa espanto que la mayor operación anticorrupción lleve justamente al poder a un grupo de corruptos investigados", remarcó Rousseff y añadió que el “golpe” no solo es contra ella, sino contra las mujeres, los negros, los indígenas y la población LGTB que sufrirán las políticas del nuevo Gobierno. "El golpe es contra el pueblo y contra la nación; es misógino, homófobo y racista; es la imposición de la cultura de los prejuicios y la violencia", aseveró.

Advirtió que a partir de ahora liderará "la más incasable oposición que un Gobierno golpista pueda sufrir”. Y terminó diciendo "no me gustaría estar en el lugar de los que se juzgan vencedores; la historia será implacable con ellos, como ya lo fue en décadas pasadas".