Murió el oso polar más triste del mundo
El único oso polar en Argentina murió el fin de semana en Mendoza, tenía 31 años y estaba muy enfermo. Protectores de animales pideron su reubicación por años, pero el gobierno nunca atendió los pedidos.
El oso polar Arturo era un animal de casi 31 años de edad, en un hábitat natural el promedio de vida se extiende hasta los 20 años y en contexto de encierro logran llegar a los 26 años aproximadamente.
Llegó al Zoológico de Mendoza cuando tenía ocho años, en 1993 y pasó 22 años de su vida en un lugar en el que la temperatura puede llegar a 40 grados. Murió por un desbalance hemodinámico, lo que desencadenó una descompensación multisistémica.
Arturo había entrado en un proceso de descompensación y deterioronirreversible, perdió el apetito, disminuyó su peso y perdió la visión y el olfato.
Diversas organizaciones de protección de animales, pidieron por muchos años que el oso sea reubicado, protestaban por la paradoja que significa mantener un oso polar en Mendoza, Argentina, soportando temperaturas de hasta 40 grados, cuando un oso polar puede sobrevivir hasta con una temperatura de -40º.
Cuando su compañera Pelusa murió, la situación de Arturo se hizo más triste, en 2012 se convirtió en el único oso polar de Argentina cuando el oso que vivía en Buenos Aires murió, organizaciones protectoras denunciaron que su deceso se dio por una ola de calor extremo.
El Parque Zoológico Assiniboine de Canadá ofreció acogerlo en un hábitat más parecido al natural, pero las autoridades argentinas negaron la posibilidad porque Arturo no habría sobrevivido al viaje.
El título del oso más triste del mundo se lo dieron los activistas que pedían su traslado y se acompañaban por las fotos en las que el animal lucía cada vez más abatido, en los últimos años de su vida había perdido el color blanco y se veía muy enfermo y triste.