La Paz, 27 de junio (Oxígeno).- El sueño de Andrés Blanco Mamani quedó trunco para siempre, hace tres meses, la noche del sábado 28 de marzo, a miles de kilómetros de su hogar natal, La Paz. Había partido rumbo a España hace 10 años con la meta de generar los necesarios ahorros para la educación de su hija, con quien frecuentemente chateaba. Ya había decidido que el próximo año hacía maletas para retornar de Valencia a la hoyada paceña. Hoy, sus familiares, en especial sus padres y su hija, no ven el día en que lleguen sus restos mortales. Andrés no está con ellos más y sus restos están en cámaras de refrigeración, allá en Europa.

El truncado sueño de Andrés es, ahora y desde hace tres meses, un calvario diario para sus parientes que piden que los restos de este ciudadano boliviano reciban cristiana sepultura en un cementerio de La Paz.  Han tocado diferentes puertas en Bolivia y España. Han firmado cartas y memoriales. Visitaron a diferentes autoridades e incluso uno de los hermanos de Andrés viajó hasta Valencia con la ilusión de agilizar los trámites.  Allí se encontró con la respuesta de que el caso está bajo investigación. Edgar vio a su hermano Andrés y retornó con anuncios vagos. Más nada.

Los trámites ante las autoridades nacionales han seguido el curso normal y está prácticamente listo el operativo para trasladar el cuerpo del boliviano asesinado en Crevillent (Alicante, Valencia), pero el fiscal y juez a cargo del asesinato lo retienen para continuar con la investigación.

“Todos los trámites ante las autoridades bolivianas están buen camino, el problema está en las autoridades españolas, que no liberan el cuerpo en cuanto se levante el secreto judicial; el secreto se ha levantado, pero hasta ahora no autorizan la entrega del cuerpo”, dice Edgar Blanco, el hermano que viajó a España, en abril pasado y retornó con el reloj que usaba la noche en que Andrés murió.

Diferentes medios de España, entre ellos el reconocido ABC, dieron cuenta del asesinato de Andrés Blanco, quien fue atacado con un arma blanca por un vecino de Crevillent, español e hijo de un empresario local. La Policía detuvo al presunto homicida, quien se encuentra recluido.

El diario digital Las Provincias informó que Andrés Blanco, de 40 años, recibió la certera puñada tras una reyerta con un ciudadano español de 39 años. Tras haber sido herido, deambuló moribundo durante unos metros con la idea de llegar a una farmacia, donde precisamente cayó vencido. Allí la Policía lo encontró sin vida y horas después capturó al supuesto homicida, quien fue detenido bajo el expediente abierto en el juzgado número 3 de Elche.

Liberen el cuerpo

La Cancillería del Estado Plurinacional de Bolivia realizó los trámites ante la Comunidad Valenciana, lo mismo que Defensoría del Pueblo, para que den curso al pedido humanitario de liberar el cuerpo de Andrés. Pero no hay respuesta.

“Queremos encontrar alguna forma, que nos den una autorización especial para que liberen el cuerpo de Andrés”, dice Edgar, quien se siente impotente ante la desolación de sus padres que cada día preguntan si el trámite ha tenido éxito.

Los trámites en el lado boliviano están listos. Ni bien se proceda con la autorización española, el cuerpo de Andrés será enviado desde Valencia hasta Madrid y desde allí será traído en un vuelo comercial de BOA. Sin embargo, mientras el fiscal y el juez no den curso al caso, el calvario de los Blanco Mamani continuará.

“Pido a las autoridades de España que se pongan las manos al pecho, por mis papás, liberen el cuerpo de Andrés”, dice Edgar acompañado de su hermano.