Cardenal Ticona no asistirá al funeral del papa Francisco por “razones logísticas”
“A pesar de mi profundo deseo de participar personalmente en las exequias de Su Santidad, razones logísticas me impiden estar presente físicamente. Me uno espiritualmente a todos los fieles del mundo, acompañando estos momentos con oración constante y profundo recogimiento”, expresó el cardenal boliviano, Toribio Ticona, a través de un comunicado compartido por la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB).

El cardenal boliviano, Toribio Ticona, no asistirá al funeral del papa Francisco, que se llevará adelante este sábado, en horas de la madrugada de Bolivia.
Así lo dio a conocer el propio Cardenal a través de un comunicado compartido por la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB).
“A pesar de mi profundo deseo de participar personalmente en las exequias de Su Santidad, razones logísticas me impiden estar presente físicamente. Me uno espiritualmente a todos los fieles del mundo, acompañando estos momentos con oración constante y profundo recogimiento”, expresó el cardenal en su mensaje.
Ticona. no obstante, expresa su apoyo de viajar al Vaticano en un futuro próximo para “rendir homenaje en oración ante la tumba” del papa Francisco, a quien, señala, “ consideré un verdadero amigo y hermano”.
Asimismo, el cardenal agradeció las numerosas muestras de apoyo y oraciones recibidas en los últimos días, e hizo un llamado a la comunidad católica para elevar plegarias tanto por el alma del Papa como por el éxito del próximo Cónclave que elegirá al nuevo Sucesor de Pedro.
El lunes 21 de abril, a los 88 años, falleció el papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y argentino, tras sufrir un ictus que provocó complicaciones cardíacas irreversibles.
Su muerte marca el final de un pontificado que dejó una huella profunda en la historia contemporánea de la Iglesia católica, caracterizado por la cercanía pastoral, la austeridad en el poder y una constante prédica en defensa de los pobres y excluidos. Desde entonces, miles de fieles han desfilado por la Basílica de San Pedro para darle el último adiós.
Cuándo será y cómo se organiza el protocolo en el Vaticano
El funeral de Jorge Mario Bergoglio tendrá lugar el sábado 26 de abril a las 10:00 horas (hora local de Roma). En Bolivia, eso corresponde a las 4 de la madrugada. Según anunció el Vaticano, la liturgia exequial estará presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, y será una ceremonia solemne, aunque con elementos simplificados, tal como lo había solicitado el propio Francisco en vida.
Entre los cambios introducidos por el Papa antes de su fallecimiento se encuentran la eliminación de los tradicionales tres féretros (ciprés, plomo y roble), el uso de un único ataúd de madera con revestimiento interior de zinc, y la decisión de colocar el féretro al ras del suelo, como gesto de humildad. Durante la misa, solo se usará la denominación “papa Francisco”, un detalle simbólico que él mismo dispuso para esta ocasión.
El recorrido del cortejo fúnebre y dónde descansarán sus restos
El féretro fue colocado en la Basílica de San Pedro el último miércoles 23 de abril, donde permaneció expuesto para el último adiós de los fieles. Este viernes por la noche, el cardenal camarlengo Kevin Farrell procederá al cierre del ataúd, que será trasladado por los sediarios pontificios desde el interior del templo hasta el centro de la Plaza de San Pedro, donde se desarrollará la liturgia fúnebre.
Durante la misa, el ataúd llevará un Evangelio sobre su tapa, y será rociado con agua bendita e incensado al final del rito.
Una vez finalizada la ceremonia, el cortejo regresará brevemente al interior de la basílica para los preparativos finales. Luego, en un traslado privado, el cuerpo será conducido a unos seis kilómetros del Vaticano, hacia su destino definitivo: la Basílica de Santa María la Mayor, un sitio emblemático para Francisco.
Allí será sepultado en tierra, sin monumentos ni decoraciones, tal como lo indicó en su testamento. Su tumba llevará únicamente la inscripción en latín: “Franciscus”.
Francisco eligió ese lugar por su profunda devoción a la Virgen Salus Populi Romani, cuya imagen bizantina se encuentra en la basílica y ante la que solía orar tras cada viaje apostólico. “Es mi gran devoción”, confesó en 2023, y agregó: “Siempre iba ahí el domingo en la mañana que estaba en Roma”.