Marsia Taha acaba de ser nombrada la Mejor Cocinera de Latinoamérica 2024 por Latin America’s 50 Best, un premio que llega para reconocer toda su trayectoria profesional en un momento clave para ella: su salida de Gustu,el restaurante de Bolivia que la chef ha llevado a posicionarlo en el puesto 23 de los Mejores Restaurantes de Latinoamérica, y la apertura de su nuevo proyecto en la ciudad de La Paz, el restaurante Arami.

Con tan solo 35 años, Marsia Taha, de origen boliviano y raíces palestinas, se ha convertido en la Mejor Cocinera de Latinoamérica 2024.

“No me lo esperaba y cuando me lo dijeron me emocioné muchísimo. Este premio no es solo individual, es un premio para todos en Bolivia. Se lo de debo a mi país, porque mi cocina habla de Bolivia y celebro lo que aquí sucede. Mi cocina cuenta historias de biodiversidad, de nuestra cultura, de nuestras cocinas tradicional y prehispánica y todo eso intangible se plasma en mi trabajo y lo comunico mediante mis platillos, mi investigación por todo el país, el trabajo con las comunidades indígenas, la innovación y la creatividad. Creo que va a ser una buena inyección de impulso también para todas aquellas cocineras que, de pronto, piensan que es imposible y ven a una chef boliviana que lo está logrando”, contó la chef a National Geographic desde la ciudad de La Paz.

Y añadió: “Tengo un sentimiento de mucha responsabilidad porque entre tantas mujeres cocineras, haber salido premiada, me hace sentirme halagada. De pronto la gente va a poner los ojos nosotros, en Bolivia y tenemos que aprovecharlo para dar a conocer el país y su riqueza”.

Este premio llega en un momento clave para la chef, cuando hace tan solo cinco días anunció su salida del restaurante Gustu —donde ha estado dirigiendo la cocina los últimos 11 años posicionándola en lo mejor de la gastronomía mundial— para lanzarse con su proyecto más personal.

“El sentimiento es agridulce porque Gustu es mi familia, es gente con la que he convivido más que con mi familia biológica. Es duro dejar esta segunda casa en la que hemos crecido profesionalmente. Sin embargo, me voy feliz porque estoy dejando a dos de mis compañeros al mando, Kenzo y Carlos, dos profesionales talentosísimos con muchas habilidades en la manera de trabajar, conocimiento de insumos de territorio y habilidades de liderazgo. Me voy tranquila y al mismo tiempo con ganas porque es su momento, les toca a ellos; yo tengo quedar un paso atrás para que ellos puedan ir adelante y lo van a hacer excelente. Les va a ir bien, porque el semillero que ha sido Gustu, que ha sido una institución, nos ha dejado ese ADN de identidad y amor por la cultura, el producto, el productor... Gustu es una institución que saca buenos cocineros; siempre va a ser mi casa, no voy a dejar de ir y tenemos muchos proyectos en común como Sabores Silvestres en los que vamos a seguir trabajando juntos”, afirmó.

Después de 17 años en el mundo gastronómico, y de haber pasado 11 a los mandos de Gustu, Marsia Taha está a punto de lanzar su proyecto más personal. “Me siento preparada para esta nueva aventura, voy a abrir mi propio restaurante a finales de noviembre”, cuenta la chef haciendo referencia a Arami, que significa en lengua guaraní ‘pedazo de cielo’ y que abrirá sus puertas muy pronto en La Paz.

Y es precisamente el origen del nombre del restaurante lo que va a marcar la línea de trabajo de su cocina. “Es una lengua indígena del Chaco boliviano; es un homenaje a la riqueza de la Amazonía boliviana, a una de las biodiversidades más grandes de Bolivia; a sus tierras bajas, sus bosques lluviosos y sus tierras amazónicas donde se concentra la mayor parte de biodiversidad de nuestro país”, dice Marsia.

Y agregó: “uno como boliviano crece sintiéndose andino porque estamos a 4000 metros sobre el nivel del mar, pero no somos solo eso; eso es lo que queremos mostrar. Nacemos y crecemos sin poner en valor la Amazonía y, en un país como Bolivia en donde anhelamos el mar, no admiramos nuestro mar verde. Los bolivianos somos muy ricos en este sentido, por eso mi concepto se va a inspirar en él y va a trabajar los productos amazónicos —pescados, hongos, raíces, frutas…—. Quiero hacer una cocina abierta al público local, tener una propuesta más amable y cercana con un pequeño espacio para la creatividad y un wine bar donde mostrar en conjunto toda nuestra riqueza”.

// National Geographic