Botellas de vidrio y plásticos en su mayoría, seguido por latas de cerveza y residuos sólidos quedaron esparcidos en la Cumbre, antes de bajar a Los Yungas, donde centenares de personas “pasaron” o quemaron “mesas” en agradecimiento a la Pachamama en agosto. Cuadrillas de obreros de la Alcaldía de La Paz recogieron el viernes 3,1 toneladas de residuos que son separados para su disposición final y reciclado.

“Se ha desplegado a dos cuadrillas con 10 obreros cada una, junto con volquetas para su recojo; la Dirección de Prevención y Control Ambiental desplegó a 10 obreros, más dos técnicos, para apoyar el operativo; se cuantificó 3,1 toneladas de residuos, entre ellos botellas de vidrio y bolsas de un solo uso, además de latas de aluminio, restos de comida, entre otros”, informó el director de Prevención y Control Ambiental de la Secretaría Municipal de Gestión Ambiental y Recursos Renovables, Marco Martínez, durante el operativo de limpieza el viernes (1) en la Cumbre.

Martínez informó que las 3,1 toneladas de residuos fueron trasladadas hasta el relleno sanitario de Sak’a Churo, donde se cuenta con una planta de separación de residuos: lo vidrios y plásticos serán reciclados y los orgánicos, depositados en el relleno sanitario.

En la Cumbre, antes de bajar a Los Yungas, durante el mes de agosto centenares de personas realizaron ofrendas o pasar “mesas” en agradecimiento a la Pachamama por los éxitos obtenidos o para pedir fortaleza en sus negocios o el trabajo. El lugar elegido para este ritual andino es un sitio aledaño a la laguna Estrellani del Espacio Natural de Conservación Hampaturi.

El sitio alberga la imagen del Cristo de La Cumbre, alrededor del cual se asientan yatiris y amautas que celebran las ceremonias y comerciantes que proveen los materiales para armar las “mesas” como ofrenda, incluido sullus o fetos de camélidos.

El secretario municipal de Gestión Ambiental y Energías Renovables, Eduardo Galindo, informó que en gran parte del año, con mayor presencia en agosto, la gente acude a la Cumbre y a otras apachetas o montañas para “pasar mesas”, pero cuestionó que en ese agradecimiento a la Madre Tierra no se respeta su cuidado, se contamina el medioambiente.

“Esto es un llamado a la reflexión a todas las personas que han estado haciendo las mesas, a quienes de nuevo recalcamos nuestro respeto por la cultura y tradición, sin embargo, es importante que después de realizar el agradecimiento a la Madre Tierra y por ese mismo amor puedan traer sus bolsas y recoger sus residuos y depositarlos en un contenedor diferenciado”, dijo Galindo.

El secretario Galindo cuestionó que el “amor a la tierra” es un dilema en el país porque se la contamina a costa de la búsqueda de la prosperidad. “¿Qué ofrece a cambio la gente a la Madre Tierra? ¿Están conscientes del daño que se causa al medioambiente con la cantidad de humo y gases concentrados que se esparcen en el aire y afectan a la calidad de aire que respiramos? ¿Son responsables con la cantidad de residuos que dejan en un área natural como es la cumbre?”.

También informó que la venta de “mesas” preparadas se extendió por toda la ciudad. “En nuestro recorrido desde la zona de Kalajahuira se ve una infinidad de negocios que venden los elementos principales para el armado de las mesas, pero es muy importante ser responsable con los desechos que generemos después de este ritual cultural”.

La “mesa” implica la quema de madera, hojas de coca, fetos de llama disecados, dulces y frutas. El fuego es avivado con alcohol para asegurar que todo sea consumido y la cerveza es utilizada en la ch’alla. “Las mesas se elaboran como una ofrenda a la Pachamama, como agradecimiento, los elementos principales de la mesa son: el dulce, la fruta, el sullu, que pueden ser llamitas recién nacidas, la coca y el elemento que no puede faltar es la fe”, dijo Moisés Mamani uno de los amautas en la Cumbre y que atendía los requerimientos de la gente que se traslada desde ciudad.