La restauración y mantenimiento del Teatro Municipal fue hecha “con mano de obra propia”
Todos los trabajos, incluida la apertura de la nueva cafetería concesionada, fueron entregados la noche del martes por el alcalde Iván Arias, después de recibir en alfombra roja a artistas e invitados.
El Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez fue restaurado, además del mantenimiento integral, por las Cebras, el personal de biblioteca, boletería, de la Escuela Taller de Restauración La Paz y de la Unidad de Infraestructura de la Secretaría Municipal de Culturas y Turismo, labores que se realizaron de manera intensa en los últimos 45 días.
Todos los trabajos, incluida la apertura de la nueva cafetería concesionada, fueron entregados la noche del martes por el alcalde Iván Arias, después de recibir en alfombra roja a artistas e invitados.
“Gracias a los artistas, había preparado un discurso, pero quiero decirles simplemente que estas son obras con amor, quiero pedir un fuerte aplauso para la gente que no se ve y que hace posible todo esto, trabajando mañana, tarde y noche”, dijo Arias en referencia a los trabajadores del Teatro que trabajaron en las mejoras integrales del principal escenario cultural del país.
El secretario municipal de Culturas y Turismo, Rodney Miranda, destacó las labores realizadas por sus dependientes. “En la intervención del Teatro Municipal han trabajado tres equipos: la Unidad de la Dirección de Turismo y Espacios Culturales, conformado por el personal de todo teatro, tramoyista, sonidistas, luminotécnicos, boleteras, todos; también ha trabajo la Escuela Taller de Restauración La Paz y la Unidad de Infraestructura. Entonces, todo esto se ha hecho con mano de obra propia de la Secretaría Municipal de Culturas y Turismo”.
Entre los trabajadores, algunos con más de 40 años y otros jóvenes, resolvieron las tareas de manera orgullosa. El tiempo de labor para algunos era de ocho horas y de otros 12 o más.
“El trabajo ha sido maratónico. El horario era desde las 07:00 hasta las 19:00 o más, y fines de semana. Si bien nuestro personal de la Unidad de Infraestructura ha guiado el trabajo, el personal de la biblioteca, del teatro, las Cebras han ayudado a terminarlo. Ellos tienen una apropiación, entonces, cuando haces algo tuyo, es tuyo, y lo han hecho con cariño y esmero. Para mí es un privilegio”, sostuvo el jefe de la Unidad de Infraestructura Turística, Ramiro Atahuichi.
El trabajo interno fue abordado por varias aristas como el cambio y restauración de muros, retapizado de butacas y sentaderas, cepillado del piso, cambio del telón y dejar prácticamente como nuevo el espacio. Entonces, las Cebras colaboraron en el pintado interno. Un día fueron al Municipal con ropa de casa y se pusieron manos a la obra. Mientras, las mujeres cajeras boleteras, que son cinco y rotan en los espacios municipales, bordaron, lavaron y plancharon las cortinas, acomodaron las sillas al anfiteatro, retiraron el polvo de las lonas y demás.
Las cajeras boleteras llevan más de 28 años de trabajo en el Teatro Municipal, la más antigua es María Marina Vázquez, pero le dicen con cariño: “Mamá Marina”. “El trabajo lo he realizado con mucho amor, para mí es un lugar santo, extraordinario, no hay palabras para decir lo que es el Teatro Municipal, el mejor del país”, expresó.
Para ella, llegar al Teatro Municipal fue “una bendición” porque le permitió “sacar adelante” a sus dos pequeños hijos, con quienes antes iba a repartir boletos por las calles, en su trabajo en una de las instancias municipales. La cajera boletera Janet Sanjinés Gonzales, conocida como “la 2020” y con 25 años de trabajo, agradeció la intervención del espacio municipal que lo considera como “su segundo hogar.
“Alma, vida y corazón le hemos dado este trabajo en el Municipal. Lo hemos hecho con amor porque es parte de nuestra vida”, dijo. También pidió al público y a los artistas cuidar el espacio patrimonial. Antes Sanjinés hacía de electricista y recordó que hizo instalaciones en la Basílica Menor de San Francisco, de ahí nace su sobrenombre “la 2020”.
Para los estudiantes de la Escuela Taller fue una experiencia vivida la restauración del espacio municipal y dejar en condiciones adecuadas para artistas y público. El jefe de Unidad de Formación Integral Cultural y Restauración Patrimonial, Marcelino Osco, afirmó que lleva 13 años de trabajo en la Escuela Taller y dijo que su aporte va con lema: “aprender haciendo”, 80% de manera práctica y 20% teórica.
“En estos últimos días hemos estado trabajando en el interior del Teatro Municipal, poniendo los zócalos, también la consolidación de las sillas, el barnizado, colocado de plaquetas, restaurando”, dijo. Lideró un equipo conformado por 12 personas.
Por su parte, Cristofer Chuquimia (21), exbecario de la Escuela Taller y ahora parte del equipo de mantenimiento de la Alcaldía de La Paz, dijo sentirse feliz por ser parte de este trabajo que marcará su vida profesional. Relató que realizó la revitalización de las puertas y cuadros, entre otros.