En la UPEA diseñan una vivienda bioclimática para vivir de manera agradable en El Alto
La vivienda bioclimática sostenible está concebida para ser levantada en ocho días porque se construye con materiales o paneles prefabricados, ecológicos y provenientes del reciclaje. Según la propuesta, las paredes son de madera plástica, un material ahora construido por el Gobierno Municipal de La Paz, y la cubierta de tetrapack (también elaborado con desechos de papel estañado); además la propuesta prevé construir la casa aislada del suelo húmedo, suspendida unos centímetros del suelo por columnas apoyadas en suelo-cemento.
La Paz, 11 de octubre (PIEB).- Un equipo de docentes y estudiantes de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) elaboró un diagnóstico de la vivienda en un barrio de esa ciudad, y propuso un modelo de vivienda bioclimática sostenible que captura el calor y genera un entorno amigable con la naturaleza. Los arquitectos Jorge Sainz y Vania Calle dirigieron el equipo que actualmente intenta construir el prototipo.
La vivienda bioclimática sostenible está concebida para ser levantada en ocho días porque se construye con materiales o paneles prefabricados, ecológicos y provenientes del reciclaje. Según la propuesta, las paredes son de madera plástica, un material ahora construido por el Gobierno Municipal de La Paz, y la cubierta de tetrapack (también elaborado con desechos de papel estañado); además la propuesta prevé construir la casa aislada del suelo húmedo, suspendida unos centímetros del suelo por columnas apoyadas en suelo-cemento.
Los materiales mencionados, a los que se suman ventanas dobles para evitar el escape del calor, contribuyen a mantener una temperatura agradable para los habitantes de las viviendas durante toda la jornada. Además esto se combina con factores como la posición de la casa respecto de los rayos solares, los vientos y los vecinos del conjunto urbano. El diseño de la vivienda cuenta además con un sistema simple de cosecha de agua, incluso sin lluvia (sólo con niebla), que permite tener ese líquido para generar una huerta y/o jardín familiar.
“Hemos encontrado el diseño hasta su máxima expresión y hemos diseñado la nueva vivienda para El Alto con características matemáticas y espaciales andinas. (La vivienda) es un modelo espacial que puede usarla desde un soltero, se prevé que se pueda casar y comenzar una familia, y paulatinamente la casa se puede adaptar hasta para tres hijos, con espacios de trabajo e inclusive la posibilidad de que soporte un segundo piso sin tener nada más que levantar el techo”, explica Sainz.
El trabajo consistió en una primera fase de diagnóstico de un plan de viviendas construidas en Villa Mercedario, cerca de Río Seco, hecho que consistió en una lectura de la situación habitacional en el lugar. Sainz explica que se detectaron “enormes deficiencias bioclimáticas”; para empezar las viviendas están abandonadas y deterioradas porque carecen de una orientación adecuada para captar la luz y calor solares, están construidas sobre un terreno demasiado húmedo (el lugar tiene influencia de los ríos Sek’e y Kollpani) y no aportan a resolver el problema del asentamiento humano en la zona. En síntesis, “no está resolviendo ni el problema de la vivienda ni del urbanismo”.
Una vez hecho el diagnóstico, el estudio comenzó una relectura de la conceptualización andina de la vivienda. La revisión documental retrocedió hasta Tiahuanacu para saber cómo organizaban su espacio los habitantes de esa época, cómo usaron su conocimiento del movimiento de la tierra alrededor del sol para planificar sus viviendas y el uso de la matemática para dividir el espacio.
El trabajo de investigación busca construir el prototipo de esta vivienda, con base en un convenio firmado entre el Ministerio de Vivienda y autoridades de la UPEA, para probar su eficiencia desde el punto de vista energético y de confortabilidad para sus habitantes.