Rusia
Redacción Oxígeno
31/12/2017 - 12:05

Estudiantes bolivianos en MEPhI

Actualmente 11 bolivianos están recibiendo capacitación y realizando diferentes programas de estudio en la Universidad Nacional para Investigación Nuclear MEPhI (Instituto de Física de Ingeniería de Moscú — MEPhI) en Moscú, Rusia.

Los de arriba son Melva y César, acompañados por otros estudiantes.

Después de varios eventos importantes que tuvieron lugar recientemente, como la firma del contrato general con Rosatom, el proyecto del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear (CIDTN) está ahora entrando en su fase activa.

Sin embargo, algunas de las preparaciones más importantes se llevan a cabo no solo en el sitio de construcción, sino también en el otro continente. Lo que podría ser incluso más importante que la infraestructura del Centro y todas las tecnologías de vanguardia son los llamados recursos humanos —las personas reales que van a utilizar el Centro, el personal, los científicos y los estudiantes—. Por eso es esencial que los bolivianos tengan la oportunidad de familiarizarse con las instalaciones, las tecnologías que se utilizarán en el Centro y todas las formas en que pueden aplicarse y cómo pueden ser útiles para Bolivia.

Actualmente 11 bolivianos están recibiendo capacitación y realizando diferentes programas de estudio en la Universidad Nacional para Investigación Nuclear MEPhI (Instituto de Física de Ingeniería de Moscú — MEPhI) en Moscú, Rusia.

“Bolivia decidió ampliar sus actividades en el área nuclear, estamos ampliando el rango de acción”

Una de los estudiantes, Melva Sanjinez Aguilar, en aquel momento era una empleada en la Agencia Boliviana de Energía Nuclear (ABEN). Cuando ya se decidió que Rosatom era la empresa que iba a encargarse de la construcción del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear, se abrió una convocatoria para los estudiantes de Bolivia. Después de completar una solicitud y posterior evaluación, Melva recibió una beca para la maestría de 2 años. Originalmente una ingeniera eléctrica, decidió especializarse en radioprotección, ya que es una disciplina fundamental no solo en la etapa de construcción sino también en la etapa de implementación del Centro.

Melva admite que aún no se ha acostumbrado completamente a vivir lejos de casa, a pesar de que se siente bastante cómoda. Ella describe a la gente rusa como bastante tradicional y conservadora. Una persona de la que habla con mucho cariño es su profesora de Lengua Rusa, que ha sido extremadamente amable y servicial en clase. En cuanto a la organización del proceso de estudio, Melva considera que es bastante similar a la de Bolivia, excepto por el hecho de que en MEPhI hay una facultad especial para estudiantes extranjeros.

“Sé que los estudiantes de MEPhI de otros años sí hacen visitas a las instalaciones nucleares rusas y me parece que es una actividad importante. Bolivia decidió ampliar sus actividades en el área nuclear, estamos ampliando el rango de acción. Lo que a nosotros nos interesa es conocer su funcionamiento, su gestionamiento y su reglamentación, ya que para la magnitud que se pretende implementar la energía nuclear en Bolivia requerimos entrenamiento”.

Las tecnologías nucleares ya están ayudando a otros países a mejorar diferentes ámbitos de la vida, entonces ¿por qué no a Bolivia?, se pregunta Melva. Según ella, la parte más beneficiada y la que ahora necesita atención y desarrollo es la medicina. También cree que podría ser la agricultura, especialmente cuando se trata de las exportaciones, y también la investigación y la formación de recursos humanos.

Después de que ella termine su maestría en Rusia, Melva planea regresar a Bolivia. Es el motivo por el cual eligió su especialización, colaborar a su país es su intención. Para entonces, una parte del Centro en El Alto ya habrá sido encargada. Melva señala que los conceptos tan fundamentales como la radioprotección y la seguridad son los más inmediatos para aplicar y se puede hacer de manera eficiente para todo el Centro.

“Como una boliviana que quiere aportar de alguna manera y que ha tenido la oportunidad de ver las bondades de lo que puede brindar el área de las aplicaciones de la energía nuclear, puedo decir que estamos muy contentos de poder ir a especializarnos países que tienen una vasta experiencia y trayectoria en este ámbito, ya que Bolivia todavía no cuenta con centros especializados de formación en esta área. Considero que existe potencial y voluntad, pero si no tenemos acceso a centros de formación, difícilmente podremos especializarnos. Después de terminar mi programa, puedo retornar y contribuir. Me siento feliz y agradecida con las universidades, las empresas como Rosatom que dan esa oportunidad”.

“Si es una idea que va a salvar vidas — bienvenidos”

Cesar Daniel Santander Condori, quien inicialmente estudió en la Universidad del Valle, se encontró en una situación bastante diferente. Como acababa de obtener su licenciatura en ingeniería industrial y producción, todavía no tenía su diploma y los documentos necesarios, por lo que tuvo que solicitar una licenciatura en Rusia también. "Pues soy joven, tengo 22 años y empezar de nuevo es algo. Me animé a venir", comparte César. Eligió seguir su dirección profesional especializando en la automatización de industrias atómicas.

Las primeras y más vívidas impresiones de César son su llegada a la ciudad Obninsk, donde hizo un curso preparatorio de ruso antes de venir a Moscú para estudiar en MEPHI. “El ruso lo estudié en Obninsk durante 6 meses. Los rusos son muy organizados, muy serios, lo toman muy en serio todo lo que hacen. Y a nosotros nos gusta posponer las cosas, vivimos en momento. La universidad es muy organizada, tienes que estar a la hora y yo con mi reloj latinoamericano me atrasaba. Acostumbrar a la cultura ha sido un cambio bien radical”.

César dice que en MEPHI se dio cuenta de que su universidad en Bolivia era bastante pequeña, aunque nunca había pensado en eso: aquí hay tantos edificios, tantas oficinas. Igual que Melva, la favorita de César es su profesora de Lengua Rusa. Explica que él era su primer estudiante latinoamericano y entonces ella también estaba conociendo su cultura.

“Aquí no tengo excusa para no poder en una materia, tengo absolutamente todos los recursos. Tengo lugar donde dormir, tengo lugar donde estudiar, tengo los libros, tengo Internet. Aquí en MEPhI incluso me mostraron un profesor que escribió libros que había estudiado”.

Cesar comparte que le gustaría obtener su título en Rusia, incluido el doctorado, y luego buscar oportunidades de trabajo. “Escuché que Rusia y Bolivia van a firmar un contrato para la construcción de un centro nuclear justo en mi ciudad, en El Alto. También podría trabajar en Bolivia dependiendo de las oportunidades que me brinden. Pero todavía eso está muy lejos, por ahora intentaré aprovechar todo lo posible lo que Rusia me da, que son el nivel de estudios bueno, un control de mi vida propio”.

Como César admite, al principio, cuando apareció la idea del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear y era solo un rumor, todas las personas y estudiantes como él, ingenieros y docentes todavía tenían dudas.

“Vi que docentes, gente entendida, apoyaba el tema porque ellos sabían que eso no era una planta nuclear sino un centro de investigación. Rosatom nos va a ayudar a construir el centro de investigación y aquí están preparando a la gente que va a poder manejarlo. Si apoya la medicina, si es una idea que va a salvar vidas — bienvenidos”.

“Rusia es un país que llama la atención, un país grande. Tienen tecnología de punta, Rosatom es la empresa que trabaja con unas de las tecnologías más altas de la industria nuclear. Si tengo la oportunidad de trabajar en una empresa que brinda tecnología tan de punta, tengo que ser privilegiado”, concluye César.

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