Hace más de 35 días que iniciaron el camino desde Cochabamba rumbo a La Paz, y hace una semana que permanecen en la urbe paceña y aún el Gobierno no atendió las demandas de las personas con discapacidad que instalaron una vigilia permanente; cuatro personas del sector se declararon en huelga de hambre en demanda de la renta de 500 bolivianos mensuales que piden para mejorar sus condiciones de vida y costear sus tratamientos médicos.

La caravana de la esperanza, que fue denominada así, recorrió las carreteras bajo el sol inclemente, el frío, el hambre y el cansancio; incluso dos personas fallecieron cuando realizaban las vigilias en La Paz y Beni y aún así no obtienen respuestas claras de las autoridades gubernamentales, que a pesar de haber ‘invitado’ al diálogo, rechazan tratar el tema de la renta.

Por lo que los marchistas que llegaron a la sede de Gobierno y que provienen de los nueve departamentos de Bolivia rechazaron asistir al diálogo, porque consideran que los proyectos sociales que propone el Estado no benefician a los 52 mil discapacitados que aglutina la confederación nacional.

Según David Cayo, dirigente nacional, la demanda es justa y que no se rendirán hasta obtener respuestas positivas.

“Cómo podemos desistir cuando fallecieron dos personas por la causa y caminamos más de 35 días en la carretas sufriendo desprecios, el frío y viendo como nuestros hermanos convulsionaban, pero que hoy están aquí exigiendo al Gobierno la renta”, indicó.

ENFRENTAMIENTOS

Después de arribar a La Paz, el pasado lunes, los marchistas decidieron ingresar a la plaza Murillo el martes, para pedir una audiencia con el presidente Evo Morales para tratar el tema de la renta, una vez apostados en la calle Junín esquina Indaburo, los policías que resguardaban el lugar impidieron su paso y hubo una gasificación que el Ministerio de Gobierno desmintió asegurando que solo se roció agentes químicos.

Durante ese acto de enfrentamiento se registro unos 50 heridos, según datos de los representantes del sector, e incluso se detuvo a dos personas que integran la caravana, que fueron calificados por el Gobierno como infitrados y ‘falso policía’, aunque en el transcurso de esa semana se desmintió que fuera así.

El viernes, la situación se repitió, aunque no hubo gases lacrimógenos, los efectivos policías que protegen la plaza Murillo, lanzaron agua del carro Neptuno para sofocar el fuego encendido por las personas con discapacidad, en su segundo intento de ingresar al sitio. Hubo una persona herida.

Ese mismo día, cuatro personas se declararon en huelga de hambre, aunque los representantes quisieron convencerles de que desistan, ya que por su situación es muy peligroso, los afiliados continúan con su medida drástica.

Ayer, el Gobierno envió a la caravana la carta firmando con el ‘otro’ sector de discapacitados y eso produjo el repudio y el rechazo, de la caravana de la esperanza que se saco sangre para escribir mensajes en carteles.

Para el martes, varias organizaciones sociales y ciudadanas se movilizarán para brindar su respaldo al sector y anunciaron marchas durante toda la jornada.