“Estoy comprando los ‘huevitos’ para mis nietos”, relata Juana Chura, mientras escoge las golosinas que adquirirá para obsequiar a sus familiares mañana. Según, la mujer, esta tradición se la heredaron sus abuelos, quienes escondían los chocolates por toda la casa.

“Yo y mi hermana siempre nos llevábamos los mejores huevitos”, recuerda orgullosa, que asegura que esa costumbre, después de 47 años, no se perdió entre sus hermanos ni hijos ni nieto. “Los ue más se ilusionan son los pequeños de la casa”, dice.

Regalar huevos de chocolate en Bolivia es muy común durante el Domingo de Pascua, aunque, las comerciantes aseguran que la demando, en los últimos años fue descendiendo.

 El huevo de Pascua desde tiempos muy remotos era considerado como símbolo de fertilidad,  vida, esperanza y renacimiento.

Según las tradiciones, las personas acostumbran a esconder, los huevos de Pascua y luego los niños en una especie de competencia se dedicaban a buscarlos y encontrarlos quedándose con ellos en señal de recompensa.

Otro juego, relacionado con la Semana Santa, era hacer rodar huevos en los jardines, pero sin romperlos, asemejando este accionar con hacer rodar la piedra que cubría la entrada al sepulcro de Cristo.

Dentro de estas tradiciones, cuando el huevo de Pascuas, era uno natural, se decía que la cáscara era la tumba de Jesús y debía ser quebrada el Domingo de Pascuas en señal de resurrección del Señor.

PRECIOS.

En diferentes mercados de la urbe paceña, los costos de los huevitos de Pascua oscilan entre 0,50 centavos hasta los 135 bolivianos.

Marlene Condori., comerciante de la Huyustus, asegura que los precios en relación al año anterior se mantienen, ya que en los últimos años la demanda de las golosinas bajó. Sin embrago, resalta que la población sigue prefiriendo los huevitos rellenos de golosinas y no, tanto, así los famosos conejos de chocolate, que en su interior suelen tener sorpresas.

“El huevo más pequeño está en 0,50 centavos, también hay por docena cuestan entre 50 y 55 bolivianos dependiendo del tamaño y la decoración. Tenemos los más grandes, que adentro tienen sorpresas en 130 bolivianos”, resalta.

Otra de las vendedoras, de la plaza Mayor de San Francisco, Eva Marca, señala que el domingo, después de asistir a misa es donde más se vende el producto, ya que muchos se obsequian entre sí porque ven a los huevos de Pascua como un símbolo de paz, amor, tranquilidad y vida.

“Hace más de 30 años que vendo los chocolate y la gente dice que son para dar ‘dulzura’ a sus vida y la de sus seres más queridos”.

LA TRADICIÓN

La tradición de regalar huevos como símbolo de vida y fertilidad comenzó mucho antes de la era cristiana. Los primeros cristianos lo identificaron como símbolo de la resurrección de Jesús y en la Edad Media comenzó a ser conceptualizado como un regalo preciado, pues eran codiciados presentes muy coloridos y pintorescos, eran huevos de gallina y pata.

En la historia católica, se explica que por el siglo IX se prohibía el consumo de los huevos en la época de cuaresma, pero el siglo XVII el Papa Pablo V, bendijo un huevo en señal de suspensión de la prohibición.

En el periodo de prohibición, eran 46 días en los que las familias acumulaban los huevos y en su intensión de conservarlos lo más frescos posible los bañaban con cera. Ahí el origen de la tradición de pintar los huevos.

A pesar de levantarse "el veto al huevo", la tradición de regalarlos el Domingo de Pascua se conservó, por siglos hasta llegar a nuestros días, pero con la diferencia que antes eran huevos naturales y ahora son golosinas de chocolate.