Proponen la reconciliación entre Ejército y guerrilleros del Che
Los jóvenes reclutas Rangers alrededor del cuerpo sin vida del Che, era el elocuente mensaje de que era posible vencer la patria del invasor comunista. El rostro parecido al de Cristo y con los ojos que transmiten ideales, era el mensaje que los socialistas recuperaron de la foto del Che y la llevaron por todo el mundo. Así, desde entonces, los discursos se enfrentaron y mantuvieron enfrentados a los bolivianos que participaron en esa campaña. Unos eran izquierdosos y otros eran plomos, pero la mayoría de los protagonistas, incluso de los muertos, eran nacidos en tierras bolivianas. 37 guerrilleros nativos y 49 soldados bolivianos, apunta Carlos Soria Galvarro.
La Paz, 10 de octubre (Oxígeno).- Prácticamente han pasado dos generaciones desde el nacimiento, pasión y muerte del movimiento guerrillero liderado por el barbudo Ernesto Che Guevara en Bolivia. Entre marzo y octubre de 1967, el país era el centro de atención mundial. En las serranías de Santa Cruz se enfrentaban revolucionarios socialistas y defensores de la soberanía patria. La campaña finalizó con victoria del ejército nacional en La Higuera.
Los jóvenes reclutas Rangers alrededor del cuerpo sin vida del Che, era el elocuente mensaje de que era posible vencer la patria del invasor comunista. El rostro parecido al de Cristo y con los ojos que transmiten ideales, era el mensaje que los socialistas recuperaron de la foto del Che y la llevaron por todo el mundo. Así, desde entonces, los discursos se enfrentaron y mantuvieron enfrentados a los bolivianos que participaron en esa campaña. Unos eran izquierdosos y otros eran plomos, pero la mayoría de los protagonistas, incluso de los muertos, eran nacidos en tierras bolivianas. 37 guerrilleros nativos y 49 soldados bolivianos, apunta Carlos Soria Galvarro.
En ese contexto, dice que este es el momento de arriar los discursos de confrontación. “Hay que dejar el lenguaje laudatorio y condenatorio, desde uno y otro lado. Hay que reconocer que desde ambos bandos se luchó por ideales y principios. Unos buscaban el cambio social y otros la defensa de la soberanía”, dice Soria Galvarro, quien tiene el objetivo de que el encuentro ocurra en máximo dos años, cuando se recuerden los 50 años del hecho.
Tan boliviano es el dolor -apunta el periodista- que hubo casos en que una sola familia tenía a unos en la guerrilla y a otros en el ejército, enfrentándose a matar.
“Hay que impulsar un acercamiento a la luz de los nuevos acontecimientos: la relación positiva entre Bolivia y Cuba y el proceso de acercamiento entre Estados Unidos y Cuba. Hay que generar un nuevo lenguaje”, dice.
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