La Paz, 18 de septiembre (Oxígeno).- El Ministerio de Salud, con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y en coordinación con el Consejo Plurinacional de la Juventud, lanzó este viernes 18 la campaña de información y sensibilización “Vivir mi sexualidad responsablemente”, con el propósito de coadyuvar en la prevención del embarazo en adolescentes en el país.

La campaña se implementará sobre todo a través de redes sociales como Facebook, Youtube e Instagram, medios por los cuales se compartirá con las y los adolescentes y jóvenes contenido informativo sobre derechos sexuales y reproductivos y se invitará a los jóvenes a sumarse a la campaña con el hastag #nosotrosdecidimos.

Esta iniciativa responde al creciente número de embarazos en adolescentes menores de 20 años. Según los últimos datos del Ministerio de Salud, el 2013 se registraron más de 90 mil embarazos, 246 embarazos por día en menores de 20 años.

Según el estudio del UNFPA en 14 municipios, las adolescentes embarazadas atraviesan al menos cinco situaciones dramáticas:

1) Su embarazo y parto son solitarios, en la mayoría de los casos sus parejas las abandonan y en otros casos dejan de tener el apoyo de sus familias.

2) Tienen complicaciones en el parto porque su cuerpo no está preparado para dar a luz, por lo que su vida corre gran riesgo en todo ese proceso.

3) Abandonan los estudios. Sus planes de ser bachilleres y  profesionales se desvanecen o deben postergarse para asumir responsabilidades relacionadas con la crianza de su hijo o hija o tienen vergüenza de volver al colegio porque se sienten discriminadas.

4) Acceden a un trabajo de mala calidad porque no cuentan con la formación académica suficiente, lo que aumenta su vulnerabilidad frente a la pobreza, la exclusión y la dependencia.

5) La maternidad no deseada en la adolescencia se convierte en algo que acelera dramáticamente su paso hacia la adultez que -en la mayoría de los casos- condena a las adolescentes a abandonar sus proyectos de vida.

El estudio en cuestión evidencia que los muchachos adolescentes que se convierten en padres también deben abandonar o postergar sus proyectos de vida porque tienen que trabajar para el sustento de sus hijos, o sus padres ejercen más presión sobre ellos como una forma de castigo.

Los y las adolescentes no cuentan con información exacta sobre los métodos anticonceptivos modernos, señala el estudio.  La prueba de amor o el llamado “enamoramiento” sigue siendo una forma de presión de la pareja para el inicio de las relaciones sexuales a esa edad.

El estudio muestra además la presencia de casos de embarazos por violaciones sexuales cuyos agresores son personas cercanas a su entorno familiar (tíos, primos) o amigos o en algunos casos sus propias parejas.

Ante esta realidad tanto la campaña como el estudio de Naciones Unidas hacen énfasis en la necesidad de fortalecer la educación sexual integral tanto en la educación formal como en todos los espacios posibles en los que interactúan las y los adolescentes.  Los centros educativos deben ser referentes de información sobre sexualidad y derechos reproductivos para ellas y ellos, para garantizar que las y los adolescentes puedan cumplir sus proyectos de vida y que tengan las oportunidades y posibilidades de tener una vida sexual responsable, como dice el lema de la campaña.

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