Berlín, 14 de octubre (DPA).- Los pilotos profesionales de Fórmula 1 tienen a su disposición varios ingenieros que tras cada carrera valoran numerosos gigabytes de datos de la llamada telemetría: aceleración transversal y longitudinal, fuerza de frenado, revoluciones y velocidad llevan a tomar mejores decisiones para arañar segundos al cronómetro.

En la época de la Playstation y compañía, los fabricantes de automóviles buscan la igualdad de oportunidades. Cada vez más firmas de vehículos deportivos desarrollan programas de entrenamiento virtual en los que la realidad casi se convierte en un juego de computadora y con los que cualquier conductor aficionado se puede sentir tras cada vuelta como un piloto profesional.

Entre esos fabricantes se encuentra AMG, filial de Mercedes, que ya programó un entrenador virtual para el SLS. También en el GT así como en otra serie de modelos AMG se ofrecen datos y tiempos de vuelta durante y después de un recorrido.

Otras marcas van un paso más adelante y conectan los datos con una grabacion de video. Para el deportivo Porsche GT, por ejemplo, se puede descargar una Track Precision App y convertir el teléfono en un entrenador.

Para sincronizar y registrar todos los datos relevantes en una interfaz en el auto se usan también la señal GPS y la videocámara del smartphone, explica el portavoz de Porsche, Hermann-Josef Stappen.

De este modo se puede seguir una línea ideal marcada previamente o grabar los propios tiempos de referencia. Luego, el programa muestra gráficamente la dinámica del manejo en forma de tracción, dirección y aceleración e informa al conductor de las desviaciones de la línea ideal.

La diferencias se visualizan luego con un "ghostcar", explica Stappen: "Dos autos simbolizan en la pantalla la diferencia actual respecto a la vuelta de referencia: el que está primero es el más rápido". Existen actualmente datos para 60 circuitos.

Otros fabricantes incluso incorporan cámaras en los vehículos para programas de entrenamiento. Es el caso de General Motors con el nuevo Corvette y el llamado Performance Data Recorder.

Junto a la escudería británica Cosworth ha desarrollado un sistema que se basa en una cámara situada detrás del espejo retrovisor interior, una interfaz en el computador de a bordo y un reproductor SD con el que se pueden registrar los datos de forma sincronizada, explica el director de proyecto de Corvette, Tadge Juechter.

Después de cada vuelta se pueden observar los datos en la pantalla o descargarlos en una computadora para analizar cómo se tomó la curva, cuándo se cambió de marcha, cuándo se frenó o se revolucionó el motor. "Con este sistema no sólo ofrecemos a los clientes la posibilidad de registrar sus mejores recorridos y compartirlos a través de facebook y demás redes sociales, sino que pueden analizar sus datos de telemetría con exactitud como los profesionales y así refirnar su estilo", dice Juechter.

Pero también esta novedad ha sido superada: como los fabricantes de coches deportivos ya no sólo se miden por la velocidad, sino también por bits y bytes, el nuevo McLaren 675 LT supera al Corvette con tres cámaras.

"Hemos montado una cámara de video en los parachoques delantero y trasero y una que mira al conductor por encima del hombro", dice el portavoz de prensa, Wayne Bruce. "Así, más tarde se puede examinar y analizar el trayecto desde cualquier perspectiva", agrega.

Pero estos sistemas de entrenamiento virtual no sólo sirven para presumir en el bar y compartir datos en las redes sociales, sino que suponen una gran ayuda, dice Jann Mardenborough, piloto de Nissan. "Se conoce un circuito mucho mejor, se puede refinar el estilo y al final ganar unas décimas en cada curva", afirma.

Si alguien sabe cómo funciona el entrenamiento virtual entre juegos de computadora y el circuito es el joven piloto inglés, ya que le debe su lugar en un auto de carreras de 24 horas y el comienzo de su carrera profesional a haber ganado una competición europea de Playstation.

Ahora ya no tiene que entrenar más delante de una pantalla, sino que puede recurrir a su propio grupo de ingenieros y asistentes.

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