Bolivia ocupa el puesto 121 del Índice Global de Competitividad
Según el Índice Global de Competitividad 2016 - 2017 publicado por el Foro Económico Mundial, el país obtuvo este lugar con un puntaje de 3,5 sobre 7.
Bolivia ocupa el puesto 121 de 138 en el Índice Global de Competitividad 2016 - 2017 publicado por el Foro Económico Mundial. El país obtuvo este lugar con un puntaje de 3,5 sobre 7.
Los primeros países de este índice son Suiza con 5,8 puntos, y con 5,7 en los dos siguientes lugares están Singapore y Estados Unidos. Los países latinoamericanos aparecen en el puesto 33 con Chile, que obtuvo un puntaje de 4,6, después viene Panamá con 4,5 en el puesto 42 y México en el 51 con 4,4 puntos.
El Índice se basa en 12 pilares divididos en tres grupos. El primero es el de Requerimientos Básicos en el que Bolivia logró el lugar 113 y que toma en cuenta a las instituciones, la infraestructura, el ambiente macroeconómico y a la salud y educación primaria. En el último punto Bolivia alcanzó su máxima posición con el lugar 99 de la lista.
El segundo grupo es el de Potenciadores de la Eficiencia en el que Bolivia obtuvo el lugar 120. Éste incluye los pilares de la Educación Superior y formación, la eficiencia del mercado de bienes, la eficiencia del mercado de trabajo, el desarrollo del mercado financiero, la preparación tecnológica y el tamaño del mercado.
Por último, el tercer grupo sobre los Factores de innovación y sofisticación posee dos pilares: la sofisticación de negocios y la innovación. En este grupo el país bajó al puesto 132.
Entre los mayores problemas para los negocios que este índice le atribuye a Bolivia están la corrupción, la burocracia gubernamental ineficiente y las regulaciones laborales restrictivas. Sobre el punto de la corrupción, Bolivia logró el penúltimo lugar de la lista entre los 138 países estudiados, superada sólo por Venezuela.
En un boletín, el Foro rescata que Panamá y República Dominicada son los países latinoamerianos que más subieron este año. Entre las observaciones que plantea la organización, está la disminución de la apertura económica y la importancia de la competitividad para los planes de estímulo monetario. Señala también que en las economías emergentes de la región la tecnología y la innovación empresarial ha ganado importancia ante la infraestructura, la educación primaria y condiciones básicas de eficiencia de mercados que antes eran los principales impulsores de la competitividad.