La Paz, 12 de agosto (Oxígeno).- “No importa lo que te digan las personas, las palabras e ideas pueden cambiar el mundo”, es una de las frases de Robin Wiliams, el actor de cine y de comedia que se ganó las pantallas, el corazón y admiración de miles en el mundo. Perdió la vida el lunes tras una dura batalla contra la depresión severa.

Nació en Chicago el 21 de julio de 1951. Fue hijo único de un ejecutivo de la industria del automóvil. Creció en un ambiente económicamente holgado. Desde la década del 70, sufrió una adicción por la cocaína, la que según el mismo actor dejó gracias al nacimiento de su primer hijo, alejándose de los excesos en 1983.

“La vida solo te da una pequeña chispa de locura. No debes perderla”, decía Wiliams.

Ganó un Óscar y cinco Globos de Oro, y fue conocido por sus actuaciones en películas como Mrs. Doubtfire, Good Will Hunting, Jumanji, Dead Poets Society, Hook, Patch Adams y El hombre Bicentenario.

La primera película en la que actuó fue Good Morning, Vietnam, en la que interpretaba a un locutor de radio del ejército durante la guerra.

La segunda nominación la ganó por Dead Poets Society, en la que su papel fue de profesor de literatura de un colegio, y la tercera por The Fisher King en la que interpreta a un vagabundo.

En la década del 90, Williams alternó papeles cómicos con interpretaciones dramáticas, realizando papeles de perfiles psicológicos muy complejos como es el caso del film Retratos de una obsesión.

Durante 1995 interpretó a Alan Parrish en la película de aventuras Jumanji, basada en un relato infantil de 32 páginas publicado por Chris Van Allsburg, junto con Bonnie Hunt y los entonces niños Kirsten Dunst y Bradley Pierce, recibiendo buenas críticas y éxitos en taquilla.

En 2010, mientras promocionaba su cinta World's Greatest Dad,  contó los detalles de su fatal recaída ocurrida en 2003, tras 20 años alejado de los excesos.

Se internó para  recuperar su vida. Tuvo problemas con el alcohol. Por varios años, el actor siguió yendo a las charlas de Alcohólicos Anónimos, al menos una vez por semana.

En 2009, no obstante, Williams se enfrentó con otro desafío que puso en riesgo su vida. Esta vez no se trataba de drogas ni alcohol, sino de una operación al corazón.

El actor concluyó su matrimonio con  Valerie Velardi en 1988 y tras casarse en 1989 con Marsha Garces, se divorció de ella en 2008, señaló Daily Mail. Este último matrimonio concluyó en gran medida por sus problemas de adicción.

“Solía pensar que la peor cosa en la vida es terminar solo. No lo es. Lo peor en la vida es terminar con alguien que te hace sentir solo”, expresaba al recordar que en el matrimonio no fue del todo un éxito.

Recientemente, en julio de 2014, el actor se sometió a una rehabilitación, aunque aseguraron sus cercanos, como medida preventiva.

Uno de los más emotivos mensajes tras su muerte fue el de su hija Zelda, quien publicó en la red social Twitter una cita del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry.

"Tendrás las estrellas como nadie las tiene. En una de ellas estaré viviendo. En otra estaré riendo. Entonces será como si todas las estrellas estén riendo cuando mires al cielo por la noche. Tú y solo tú tendrás estrellas que pueden reír", escribió.

“Supiste sembrar en mi risas y reflexión con tu arte. Una pérdida profunda de un ser tan mágico y especial. Hoy muchos que necesitan entender lo que es la depresión, levantarán su voz para pedir ayuda o para brindarla. Descansa en paz #Robin Williams, siempre te recordaremos con una cálida sonrisa”, escribió la cantante mexicana Thalía.

Muchos lo recuerdan y no lo olvidarán por la buena persona que era y en cómo conquistó al público. Las personas que lo conocían de cerca y los que lo veían por la televisión lamentaron la muerte de Wiliams a través de las redes sociales.