Libertadores: Un Tigre sin DT y sin alma fue goleado por Peñarol en Uruguay y buscará un milagro en La Paz
El partido, de principio a fin, no tuvo equivalencia. La improvisación del Tigre inició desde el cuerpo técnico y terminó perdiendo por 4 goles contra 0. Deberá revertir la serie en La Paz, una misión que, viendo el rendimiento de hoy, parece imposible.
Sin alma, sin técnico – el español Ismael Rescalvo no estuvo en Montevideo por “asuntos personales-, sin ideas ni argumentos. The Strongest fue ampliamente superado por Peñarol en Uruguay (4-0) y ahora deberá aspirar a lograr un verdadero milagro en el Hernando Siles, la próxima semana, para pasar a cuartos de final de la Conmebol Libertadores.
El partido, de principio a fin, no tuvo equivalencia. La improvisación del Tigre inició desde el cuerpo técnico, que optó por poner a Jeyson Chura – extremo natural- de lateral izquierdo; una línea defensiva no acostumbrada a jugar junta, entre Jusino y Aimar, y un endeble lateral derecho en Maximiliano Caire.
Además, por si fuera poco, el tridente formado en el medio campo por Ayarza, Cuéllar y Ursino siempre fue superado. Todo eso generó que el Tigre no tenga ningún poder ofensivo y Triverio deambuló solo tratando de ganar alguna pelota y, sobre todo, dar desahogo a su defensa.
Con ese panorama catastrófico, el Tigre empezó a sufrir desde el primer minuto de partido. Peñarol imprimió una intensidad que nunca pudo ser contrarrestada y lera previsible que los goles no tardarían en llegar.
Así, a los 40 minutos el Tigre ya perdía 3 a 0. Leonardo Fernández (9’), Maximiliano Silvera (16’) y Jaime Báez (36’) marcaron para el ‘Carbonero’.
Ya en el complemento, Facundo Batista (72′) puso el cuarto y definitivo para terminar con la goleada.
Pudieron ser más, pero entre Viscarra, la mala puntería uruguaya y una marea de camisetas blancas – con las que hoy jugó Strongest- evitaron una catástrofe mayor.
La revancha se jugará la próxima semana en La Paz y el Tigre deberá ganar al menos por 4 goles de diferencia para llevar el encuentro a los penales. Una misión que, viendo el rendimiento de hoy, parece imposible.