De mal, en peor. Bolivia volvió a dar un pobre espectáculo y recibió la mayor goleada de lo que va de la Copa América. Uruguay le propinó una “manita” (0-5).

Fue un partido sin equivalencias. Antonio Carlos Zago mandó al campo una línea defensiva de cinco hombres que no duró ni 10 minutos. En ataque no propuso nada y aunque las matemáticas den una leve esperanza de clasificación, el nivel de juego demuestra que Bolivia está muy lejos de competir no solo ante selecciones Conmebol.

Y es que para la selección charrúa el partido fue poco más (o menos) que un entrenamiento. Casi sin esfuerzo, ya ganaba por dos goles a los 21 minutos.

Facundo Pellistri a los 8 minutos y Darwin Núñez a los 21, ambos encontrándose tremendas facilidades, ya liquidaron el encuentro.

Así, fueron 70 minutos de mero trámite. Uruguay no quería, y así, casi sin quererlo, seguía generando ocasiones de gol que eran despejados por Viscarra.

Bolivia, con un esquema de “aguantar” y buscar algún milagro, corría detrás del balón. Sin ideas, sin hambre, sin fútbol.

Si el marcador no se movió hasta los 77’ fue porque Uruguay no quiso. Fue en el tramo final que decidieron ampliar su gol diferencia para evitar cualquier tipo de sorpresas en la última fecha.

Así, le bastó con acelerar solo un poco para ampliar el marcador por intermedio de Araujo (77’), Valverde (81’) y Betancurt (89’).

Con la ventaja, la celeste se dio el lujo de meter a su histórico delantero, Luis Suárez, que hizo su debut en la Copa; Zago, en cambio, sacó al jugador que, por lo menos, más intentaba: Miguel Terceros, para poner a un Lucas Chávez que no es titular en su club (Bolívar).

Así, Bolivia encadenó su segunda derrota en la Copa. Tiene 6 goles en contra, ninguno a favor y por rendimiento es, de lejos, la peor del torneo.

Aún así, “matemáticamente”, tiene chances de pasar a cuartos. Para ello deberá no solo ganar, sino golear a Panamá y esperar que Estados Unidos pierda con Uruguay.