Bolívar cumplió el único objetivo que le quedaba y se consagró campeón de la Copa boliviana. Esta noche, derrotó a Wilstermann en el Hernando Siles (1-0) en un partido que fue intenso, pero se manchó con un final verdaderamente bochornoso.

El encuentro fue tal y como se esperaba. Bolívar salió a la cancha con la tranquilidad de haber ganado en el partido de ida jugado en Cochabamba (2-1) y supo manejar esa diferencia.

Wilster, fiel al estilo de su técnico, el argentino Cristian Diaz, fue cauteloso. Su primer objetivo era mantener el cero en su arco y buscar dañar en algún contragolpe.

Así, el que tuvo el control del balón durante todo el partido fue Bolívar, que tuvo en el ‘Patito’ Rodríguez a su arma más peligrosa.

Aún así, y a pesar de la intensidad de ambos equipos, las opciones de gol escasearon. En los primeros 45 minutos, Da Costa falló un increíble gol sin arquero ni oposición y en el otro arco Carlos Lampe salvó un buen cabezazo de Nahuelpan.

El libreto no cambió en la segunda etapa. Bolívar tuvo el control, pero no pudo encontrar espacios para generar verdadero peligro sobre el arco de ‘Pipo’ Giménez, más allá de débiles remate de larga distancia.

Wilster, en cambio, ya no tuvo la energía para intentar complicar a Lampe, que solo tuvo que esforzarse en un fácil remate de Velásquez.

Así, los minutos transcurrían y el empate ya le servía a la Academia para ser campeón de la Copa y parecía que la fiesta sería completa con el gol de Francisco Da Costa, ya a los 90 del encuentro.

Empero, ahí empezó una serie de acciones bochornosas que mancharon la final. Da Costa no encontró mejor forma de festejar que mostrar su camiseta a la hinchada visitante, lo que empezó a calentar el ambiente.

Un minuto después, Rodrigo Amaral mandó un pelotazo hacia la hinchada celeste y ahí todo se descontroló.

Los jugadores de Wilstermann se fueron con todo en busca del defensor académico Bryan Bentaberry y el encuentro estuvo parado casi 10 minutos, entre expulsiones, gritos, agresiones y amagos de pelea.

Ya con todo descontrolado, el encuentro se reanudó solo para que el árbitro decida dar por finalizado el encuentro.

Así, Bolívar ganó una inédita Copa boliviana y logró “salvar” su segundo semestre, después de que perdiera la Liga a manos de su tradicional rival, The Strongest.