En un Mundial tan impredecible, las sorpresas no podían faltar en octavos de final y el batacazo vino de la mano de Marruecos.

El equipo africano ya había sido una sorpresa en la fase de grupos, en la que acabó como líder de su grupo dejando a Croacia relegada al segundo lugar y eliminando a la poderosa Bélgica.

España, por su parte, había empezado como una verdadera máquina goleadora, al hacer 7 goles a Costa Rica; sin embargo, en su segunda presentación ya había dejado dudas en el empate ante Alemania y en el cierre de su grupo había caído ante Japón, lo que muestra el declive de su rendimiento.

Y hoy no fue la excepción. Aunque tuvo una mayor posesión de la pelota, nunca supo qué hacer con ella. Con puro pases horizontales y sin encontrar espacios casi nunca encontró formas de inquietar a una sólida y ordenada defensa marroquí.

Por eso, el encuentro, aunque fue disputado, casi no generó ocasiones claras de gol. La más clara fue de Marruecos, cuando Hakimi, aprovechando una linda jugada, quedó de frente al arco español, pero su remate salió muy centrado y fue desviado por el pie de Unai Simón.

Con su juego de posesión como bandera, España también tuvo sus chances, sobre todo en la parte complementaria con el ingreso de Morata, pero las pocas veces que logró superar la barrera Marroqupí se encontró con Bounou, el inspirado arquero africano.

Después, hubo poco de resaltar en el encuentro. Marruecos siguió haciendo gala de su fortaleza defensiva y España no renunció a su “tiki taka” que, esta vez, fue inofensivo.

Así, el encuentro llegó a la tanda de penales y ahí España se aplazó y Yassine Bounou se convirtió en figura.

En el primer penal, Pablo Sarabia estrelló su remate en el palo. Después, el arquero marroquí atajó los suaves remates de Carlos Soler y Sergio Busquets.

En cambio, en el último penal, Achraf Hakimi, figura del PSG, mostró su talento al pinchar el disparo y darle la histórica clasificación a Marruecos a cuartos en Qatar 2022.