Argentina mostró sus dos caras y clasificó a cuartos de final del Mundial con sufrimiento tras vencer a Australia (2-1). Por un lado, hizo gala de su gran efectividad y, por el otro, aparecieron las dudas defensivas que ya había presentado en su sorpresiva derrota ante Arabia Saudita en su debut en Qatar.

El encuentro empezó a jugarse con el ritmo de juego – o anti juego- que proponía Australia. Los ‘socceros’ tenían su libreto bien marcado. Tener posesión del balón, no arriesgar los pases en ningún momento, y buscar algún pelotazo que pueda sorprender a la defensa albiceleste.

De hecho, Australia, muchas veces, rotaba el balón entre su arquero y los defensas, ante una Argentina que tampoco se animaba a presionar alto para no dejar espacios en su defensa, sabiendo que los de Oceanía buscarían algún pelotazo para generar peligro.

Así, el partido se tornó aburrido durante los primeros 35 minutos, hasta que apareció el mejor de todos.

Messi encontró el balón al borde del área grande y, a pesar de estar rodeado de piernas australianas, sacó un lindo remate raso que rompió el cero y pudo en ventaja a la albiceleste.

El gol, sin embargo, no hizo que Australia modifique su forma de jugar. Los ‘socceros’ seguían con su actitud defensiva y buscando no pasar apuros defensivos mientras esperaban a encontrar algún espacio en la zaga argentina que les permita soñar con el empate.

Por eso, desde el gol de Messi hasta el minuto 57 del encuentro no hubo nuevas emociones. Tuvo que ser un error – grosero- el que vuelva a generar emoción a un partido chato.

Transcurría el minuto 57 cuando Rodrigo De Paul y Julián Álvarez supieron leer el juego australiano y fueron a presionar al arquero oceánico Ryan. Este no tuvo tiempo de rechazar el balón y dejó el balón servido para que Álvarez anote el segundo.

Parecía partido liquidado. Australia no cambió su postura en el campo y Argentina decidió no presionar más, a sabiendas que su misión, parecía, estaba cumplida.

Pero este es fútbol y el azar quiso que Australia vuelva a ponerse en partido. Goodwing, a los 77’, lanzó un remate desde fuera del área que parecía no tener mayores consecuencias; sin embargo, en su trayecto el balón rebotó en Enzo Fernández para desubicar al ‘Dibu’ Martínez y entrar en portería argentina. Era el 2 a 1.

Ahí aparecieron los fantasmas argentinos. Australia, sin nada que perder, empezó a acercarse al área albiceleste a costa de pelotazos y con la esperanza que Souttar, son sus más de 2 metros de altura, gane alguna pelota que posibilite el empate.

La igualdad estuvo cerca cuando el propio Goodwuing hizo una jugada individual que no terminó en gol gracias a un prodigioso cruce de Lisandro Martínez en el área chica.

Fueron unos 10 minutos de desconcierto argentino, que cedió el balón y hasta el espacio territorial a los australianos.

Empero, ahí apareció Lionel Messi. El 10 argentino tomó el protagonismo que se le demanda y empezó a lograr que Argentina adelante sus líneas y logre alejar el peligro de su área.

Incluso, la ‘Pulga’, tras lindas jugadas individuales, dejó dos veces a Lautaro Martínez solo frente al arquero australiano, pero el delantero argentino del Inter de Milán llegó al Mundial con la pólvora mojada.

El último susto para Argentina llegó en el último minuto del tiempo añadido. Una serie de centros terminaron en los pies de Garang Koul, quien quedó solo frente al arco, pero Emiliano Martínez salió rápido a “achicar” el arco y terminó salvado lo que era el – inmerecido- empate australiano.

No hubo tiempo para más. Argentina ganó y se enfrentará a Países Bajos en los cuartos de final del Mundial.