Parecía que ‘No Neymar, no Party’, pero Brasil es Brasil y hoy lo demostró. En un partido cerrado, luchado y de pocas ocasiones, logró imponerse a una combativa Suiza y anotó su nombre en los octavos de final de la competencia.

Brasil, quizás, no brilla, pero, más allá de las individualidades, que las tiene y muchas, ya funciona como un equipo. Tiene una línea defensiva muy difícil de batir y un ataque que, cuando está inspirado, es imparable.

Suiza así lo vivió en carne propia. El equipo europeo hizo un buen partido dentro del libreto que planteó. Durante gran parte del partido controló a Brasil, y hasta contó con algunas – no claras- ocasiones para inquietar a la defensa brasileña.

Empero, falló en la marca en dos ocasiones y la terminó pagando. En la primera, perdió la marca de Vinicius y el hombre del Real Madrid, con talento y velocidad, logró anotar el primer tante de la ‘Canarinha’; sin embargo, no subió al marcador pues el VAR entre en escena para marcar una posición adelantada previa.

Era un aviso. Brasil no perdió la marcha y siguió buscando la apertura del marcador y los ingresos de Gabriel Jesús y Anthony ayudaron, mucho, en ese objetivo.

Así, transcurría el minuto 83 y salió toda la clase y magia que Brasil tiene en su conjunta. Una linda triangulación terminó en los pies de Casemiro, que con un fuerte y sorpresivo remate venció la resistencia de Sommer.

Era el 1-0 y a festejar. El gol hizo que la ‘Canarinha’ se adueñe totalmente del encuentro ante una Suiza que veía como todo el esfuerzo de más de 80 minutos se perdía en un suspiro.

Así, con su segunda victoria, Brasil ya anotó su nombre en los octavos de final del torneo, aunque en la última fecha del grupo deberá buscar asegurar su –casi seguro- primer lugar.

Suiza, en cambio, sigue con las chances intactas. En la primera jornada había ganado a Camerún y un empate en la última fecha ante Serbia la bastará para también estar entre los mejores 16 equipos del torneo.