Le queda el traje de candidato. Brasil derrotó a Serbia por 2 tantos contra 0 sin mayores sobresaltos y empieza a encaminarse a los octavos de final de la competencia.

Como en todo debut mundialista, la ‘Canarinha’ tardó en carburar su juego y empezar a demostrar porque ganó “paseando” la Eliminatorias sudamericana.

El primer tiempo tuvo control del balón y el campo, pero le costó generar jugadas ante una línea de cinco bien ordenada y retrasada que le planteó la selección europea.

Vinicius Jr y Rapinha por los costados, la habilidad de Neymar y el remate de larga distancia de Casemiro se convirtieron en la principal arma brasileña. Serboia, en cambio, solo buscó dañar a Brasil mediante centros y pelotazos que nunca tuvieron resultado.

Con el 0-0, fue en el complemento que se vio la mejor versión de Brasil. Solo al minuto de juego, Rapinha se perdió lo que pudo ser la apertura del marcador. Poco después, a los 62, se abrió “la lata”.

Una gran jugada de Neymar. Amagues adentro del área, el remate de Vinicius Junior, el rebote del arquero y Richarlison no perdonó. El 9 provocó el festejo de los brasileños en Qatar ante un rival durísimo. Fue el primer baile de los 10 que tienen preparados “por partido”, según había avisado Raphinha antes del partido.

El segundo bailecito, en el banderín del córner, se produjo a los 73’ tras una extraordinaria tijera del mismo Richarlison. El mejor tanto, sin duda, de lo que va del Mundial.

 Los hinchas brasileños que estuvieron en silencio todo el primer tiempo, incómodos por el planteo serbio, se fueron agrandados del estadio de Lusail. “Hexacampeón”, gritaron con fuerza. No les va el “paso a paso”. Llegaron candidatos y lo sostuvieron en la cancha. Y en las tribunas se fueron gritando “ole, ole, ole”.

Preocupación por Neymar

Remplazado por Antony faltando 10 minutos, Neymar terminó un muy buen partido en lo personal con un interrogante en su estado físico. Al número 10 brasileño se lo notó corriendo con algunas molestias minutos antes de salir y lo que terminó por obligar al cambio resultó su caída en una acción en la que buscó quitarse de encima a un rival y tropezó. Salió por sus propios medios, pero camino a los vestuarios se lo vio con el tobillo derecho inflamado y hasta llorando en los camerinos.