Fue una paliza táctica. Bolívar goleó al Tigre (3-0) en la súper final del fútbol boliviano y se consagró campeón del torneo Apertura. Suma su trigésima estrella en el profesionalismo.

Fueron dos los detalles que terminaron encaminando el partido. Primero, la buena lectura de planteamiento del técnico Zago sobre un perdido Cristian Díaz y, segundo, el grave error que cometió Wayar a los 18 segundos de empezado el partido.

Y es que transcurría los primeros 18 segundos, Wayar perdió el balón en salida con Savio, quien lanzó un bonito centro que fue cabeceado por Da Costa para 1- 0.

El gol cambió todo. El equipo de Díaz estaba obligado a hacer algo que en todo el torneo no pudo hacer: adelantar sus líneas y ser el que proponga en ataque.

Bolívar, en cambio, entró en el terreno que mejor le viene y el que mejor sabe hacer. Manejar los tiempos, realizar ataques rápidos, a uno o dos toques, y meter presión sobre los jugadores desequilibrantes del rival.

Por eso, el Tigre estuvo totalmente perdido en el partido. Ni siquiera pudo competir a su clásico rival. La idea de juego de su técnico fue totalmente superada por Zago y la Academia, si se animaba, pudo haber metido muchos más goles de los que finalmente metió.

De hecho, en todo el primer tiempo no hay una sola jugada de peligro del Tigre. Los de Achumani apenas pisaron arco rival y sufría cada vez que Bolívar tenía la pelota, prueba de ello es que fue Viscarra quien impidió que la Academia aumente la ventaja antes de la primera media hora del encuentro.

Así, los minutos pasaban y la superioridad celeste era más que notoria. Por si fuera poco, Zago se dio cuenta qwue la clave para el segundo estaba en el ataque por la banda derecha del Tigre. Wayar ya estaba nervioso, desubicado y sin energías y Chura no lograba cubrir sus espacios.

Por eso, Roberto Carlos Fernández entró por la banda y fue derribado por Chura, para que Da Costa anote el segundo desde el tiro penal.

Aún así y con la desventaja de dos goles, el Tigre no logró generar jugadas de riesgo. Rodrigo Amaral, quien inexplicablemente partió de titular en desmedro de Jaime Arrascaita, fue más un perjuicio que una solución, perdió todo balón que tocó y caminó en la cancha.

Aún así, el uruguayo no fue reemplazado en el inicio del complemento y, en una nueva decisión polémica, Díaz decidió sacar a Wayar, convertir su línea defensiva en una de tres y meter a Prost y Henry Vaca- este en lugar de Chura-

Empero, el ímpetu le duró 5 minutos a los de Díaz. Bolívar siguií cumpliendo su libreto a la perfección, sabiendo las debilidades de su rival y, sobre todo, aprovechando su ansiedad.

Por eso, el partido no cambió en el complemento. El Tigre siguió sin poder generar ninguna chance clara de gol y Bolívar realizaba un juego práctico de toques y corridas al espacio para complicar a una desordenada defensa stronguista.

De hecho, Vizcarra tuvo más trabajo que Cordano – que solo tuvo que realizar dos atajadas en todo el encuentro- en todo el complemento y tuvo que ver nuevamente su arco caer a los 70 minutos.

Bolívar hizo un contra ataque de manual, movió el balón de extremo a extremo para que Villamil lance un centro exacto que Savio transformó en el tercero, era goleada.

Totalmente superado, el Tigre empezó a pegar más patadas a los rivales que al balón y si no terminó con menos jugadores fue por la ‘piedad’ del árbitro.

Así Bolívar confirmó que este primer semestre fue el mejor equipo del torneo boliviano y goleó a su clásico rival para sumar su estrella 30.

¡Felicidades campeón!