Fue una final de infarto. El partido, en los 90 minutos terminó empatado a 2 goles y, en la tanda de los penales, se tuvo que alargar hasta el séptimo tiro para que Wilstermann se consagre campeón del torneo.

En los 90 minutos reinó la paridad. Ambos equipos, con sus armas, entraron a ganar el partido y eso hizo que el encuentro sea de ida y vuelta. El Tigre tratando de dominar el balón y Wilster jugando al contragolpe, así se planteó un encuentro que pudo terminar a favor de cualquiera de los dos.

Con esa fórmula, fue que Wilster logró el primero. Un pelotazo largo de Saucedo fue bien bajado por Chavez, que descolocó a toda la defensa aurinegra y tiró un centro preciso a la cabeza de Gilbert Álvarez, que completamente solo, habilitado por Valverde, no falló a los 11 minutos.

Con el gol, el Tigre intentó adelantar líneas, pero el Rojo siempre estuvo bien metido en su libreto. Así, estuvo cerca de meter el segundo, pero falló, increíblemente, dos contraataques en los que tenía ventaja numérica.

Los goles que no haces en un arco los recibas en el otro dice un viejo adagio futbolero y se cumplió en el Patria. El Tigre empezó  a arrinconar a su rival con pelota parada y así llegó el empate cuando había pasado poco más de la primera media hora de partido.

El conjunto de Farías tuvo tres tiros de esquina consecutivos, y en el tercero logró el empate gracias a un empalme de Martellí, que tuvo fortuna pues su remate se desvió en el defensor Díaz.

Así terminaría el primer tiempo.

Ya en la etapa complementaria, el Rojo volvió a golpear rápidamente  y fue gracias a Serginho, que agarró mal parada a la defensa, eliminó fácilmente la marca de Valverde y definió cruzado para vencer a Vaca.

Con la ventaja, Wilster volvió a su libreto original y, nuevamente, estuvo cerca de aumentar la cuenta, pero una doble atajada de Vaca se lo impidió. Fue un atajadón -primero ante un remate de Saucedo y luego en el rebote que le llegó a Álvarez- que mantuvo con vida al cuadro de Achumani.

Así, iban pasando los minutos. El Tigre sin ideas y Wilster ya sin energías y ese fue el detalle que el cuadro paceño aprovechó en los últimos minutos para volver a acercarse al arco de Jiménez. Aunque el empate llegaría, de nuevo, mediante la pelota parada.

Un remate de Cardozo fue mal despejado por Jiménes, que dejó el balón suelto para que Ortiz- que había ingresado un minuto antes- marque el empate a 10 minutos del final. Con el empate, ambos equipos empezaron a cuidar sus energías y a preocuparse más por no perder que por intentar ganar y, por eso, la definición se prolongó hasta los penales.

Ya en la definición desde los 12 pasos, ambos equipos sobresalieron, pero por su falta de puntería. Las grandes figuras fueron, sin duda, los dos porteros, que se cansaron de atajar los remates.

La definición tuvo que llegar hasta el séptimo penal. De los siete penales,  Wilster convirtió 3 y el Tigre 2, y así el Rojo se convirtió en el nuevo campeón del fútbol boliviano.