Apertura
César Sánchez
30/05/2018 - 23:27

El Tigre ganó el primer duelo de una final electrizante

Fue un partidazo, emocionante de inicio a fin. Al final, el Tigre ganó por 2 goles a 1 y necesitará conseguir un empate en Cochabamba para salir campeón.

La primera final del Apertura no decepcionó. Fue todo lo que prometía ser, con dos equipos decididos a jugar el fútbol y que ofrecieron un espectáculo casi cinco estrellas. Al final, el Tigre derrotó a Wilstermann por 2 a 1 y dio un paso enorme hacia la obtención de un nuevo título.

Y es que el encuentro fue emocionante de inicio a fin. Ninguno de los dos se guardó nada y, por eso, fue un encuentro de ida y vuelta. Aunque las primeras aproximaciones fueron del local – con incursiones de Cardozo y Campos- fue Wilstermann el que empezó mejor el encuentro.

Bajo la batuta de Serginho y el ‘Pochi’ Chávez, de a poco se fue haciendo con el control del encuentro. Así, tuvo al menos dos chances claras para anotar el primer gol. La más clara fue de Álvarez, que aprovechó un mal despeje de la defensa y, sólo frente a Vaca, mandó un cabezazo que el arquero atigrado alcanzó a rechazar de un manotazo.

La figura de Daniel Vaca se agrandaría aún más cuando, a los 21 minutos, tapó un penal – que él mismo cometió- a Serginho. Aunque el error, en realidad, fue de Marteli. El defensor se equivoco al intentar dar un pase retrasado a su arquero y dejó al 10 de Wilstermann de cara al gol, Vaca llegó tarde y lo derribó. De paso, el arquero recibiría su primera amarilla.

Con el penal fallado, Wilstermann empezó a sembrar muchas dudas a su alrededor y eso fue aprovechado por el aurinegro, que de a poco se fue haciendo con el control del encuentro.

Ramiro Ballivián fue el que más peligro generó. Tuvo tres oportunidades claras de gol, incluido un mano a mano, pero falló en sus dos primeros intentos. La tercera fue la vencida para el morocho, que incursionó al área chica y aprovechó un centro de Bejarano para anotar la apertura del marcador.

El Tigre pudo ampliar la cuenta, pero un magistral tiro libre de Marteli pegaría en el palo en el último minuto del primer timpo.

La parte complementaria, en cambio, empezó aún con más intensidad. Wilstermann adelantando sus líneas en procura del empate y el Tigre tratando de jugar el contragolpe. El local fue el que más cerca estuvo de aumentar la cuenta, pero Escobar, Ibargüen y Bejarano fallaron claras ocasiones de gol.

Parecía que la única forma en que el Rojo podía llegar al empate era mediante una pelota parada, y así fue.

Serginho lanzó un centro – tras una falta que le cometió Ballivián-, Ibargüen rechazó el balón pero a la misma posición donde estaba el brasileño, que volvió a mandar el balón al área para que su compatriota, Da Silva, bata a Vaca con un buen cabezazo.

Sin embargo, inexplicablemente, Wilstermann retrocedió sus líneas tras el empate. Decidió ceder el balón al Tigre y buscar el contragolpe. En cambio, el Tigre nunca se desesperó. Con 20 minutos por delante manejó el balón con criterio, siempre buscó abrir la cancha para complicar la marca del equipo cochabambino y así llegó la desigualdad.

Un pase preciso de Wayar, lanzado desde la mitad de la cancha, llegó a los pies de Jhasmani Campos. El zurdo encaró por la banda izquierda y lanzó un centro raso que fue rechazado por el arquero Jiménez; sin embargo, el balón quedó flotando en el área y Marteli con un certero cabezazo hizo estallar el Siles a los 33 minutos.

Con el gol, volvieron a invertirse los papeles. El Tigre, nuevamente, buscó jugar al contragolpe ante un Wilsterman que ya sin Serginho en cancha no tuvo mayores ideas para inquietar a la defensa aurinegra.

No obstante, cuando faltaban poco menos de 10 minutos para el final, Daniel Vaca -tontamente- reclamó una jugada intrascendente al árbitro, quien le sacó la segunda amarilla. Peñarriera tuvo que entrar al campo- en reemplazo de Campos- y, por eso, los últimos minutos se hicieron eternos para el Tigre.

Con un hombre menos, defendió el resultado con uñas y dientes y ahí destacó la figura de Escobar, que con toda su experiencia supo ganar preciados segundos con el balón en sus pies y siempre buscando atacar el arco rival.

Así, los minutos pasaron y Wilstermann, apelando al pelotazo, hacía enfriar los corazones de los más de 30 mil hinchas que asistieron al Siles, pero no encontró el camino al empate. Así, el Tigre cumplió su misión, ganó en La Paz y ahora deberá ir a buscar, al menos, un empate a Cochabamba para salir campeón.

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