Un The Strongest sin ideas, fuerza, ni hambre de triunfo cayó sin atenuantes ante Atlético Tucumán (3-0)  y no solo empieza a despedirse de la Conmebol Libertadores, sino que también empieza a ver lejana la posibilidad de clasificar a la Copa Sudamericana, el “premio consuelo” que se da a los terceros lugares de los grupos.

El Tigre dista mucho al que hizo ilusionar a toda su hinchada la temporada pasada. No tiene ni solvencia defensiva ni peso ofensivo y termina siendo presa fácil de rivales que con poco le hacen mucho daño.

Hoy tuvo, a lo sumo, 20 minutos interesantes. Logró implementar una presión alta que impedía la salida del equipo argentino y pudo ponerse en ventaja.

Las dos jugadas más peligrosas que el Tigre originó pasaron por pies de Escobar. El primero mediante un tiro libre que rebotó en un defensa argentino y pasó pegado al palo de Batalla; y el segundo tras una jugada individual y una excelente habilitación para Marvin Bejarano, que solo frente al arquero rival no supo definir la jugada.

Esas dos jugadas fueron un llamado de atención para el local, que se empezó a acomodar mejor en el campo y bajo la batuta de su emblema, la ‘Pulga’ Rodríguez, desnudó todas las falencias defensivas del aurinegro.

Si un mérito tuvo Tucumán fue leer bien el partido. Aprovecho la siempre descuidada espalda de Martelli para generar sus espacios y lograr dañar al rival.

Así llegaron los dos primeros goles. Pelotazos a la espalda de Martelli descompaginaron a toda la defensa aurinegra y permitieron que el ‘decano’ argentino anote dos veces en menos de 15 minutos, mediante Diaz (31’) y Núñez (45’).

Así terminó el primer tiempo y prácticamente el partido. La segunda mitad estuvo prácticamente demás. Tucumán no quiso hacer más ante un rival que tenía el balón, pero nunca la profundidad para inquietar a su defensa.

Así, los minutos fueron pasando y el Tigre fue demostrando que dista mucho de aquel equipo que el año pasado fue uno de los más goleadores de la temporada.

Farías gastó sus tres cambios rápidamente, pero nunca pudo cambiar la cara a su equipo. Para sorpresa de todos sacó a Escobar, pero, contrariamente a mejorar, su equipo se perdió aún más en la cancha.

Así, bastaba que Tucumán se anime un poco para dañar a una endeble defensa del Tigre y lo hizo al final del encuentro. Nuevamente una pelota filtrada por las espaldas de Martelli permitió lanzar un centro raso que fue concretado por Rodríguez (90'), la gran figura que tuvo el partido.

Un minuto después el Tigre pudo descontar, pero el cabezazo de Novoa pegó en el travesaño.

Así, el Tigre fue goleado, nuevamente – ya había perdido por el mismo resultado en su visita a Paraguay-, y se empieza despedir de cualquier aspiración para seguir en un torneo internacional durante esta temporada.