En un partido increíble y con dos errores groseros, The Strongest cayó de local ante Atlético Tucumán y empieza a despedirse de la Conmebol Libertadores.

El Tigre fue un equipo partido en dos. Incisivo en ataque, pero demasiado endeble en defensa y por eso, cayó en la trampa que le puso Atlético Tucumán, que perdió todo el tiempo que pudo y aprovechó bien los horrores defensivos del aurinegro.

De hecho, el ‘decano’ argentino se puso en ventaja muy rápidamente. A los 11 minutos, tras una pérdida de balón del Tigre, en ataque, logró avanzar con pelota dominada y Romat lanzó un potente remate de larga distancia que sorprendió  a un endeble Peñarrieta.

Fue un balde agua fría que puso, aún, más nerviosos a los locales que tenían el dominio del balón, pero sin profundidad.

En cambio, Tucumán jugó un partido más que inteligente. Dejó que el desgaste sea aurinegro y apeló al contragolpe. Así, incluso, pudo haber metido el segundo, pero el arquero atigrado respondió bien ante el remate de Rodríguez.

A medida que pasaban los minutos el Tigre iba encontrando más espacios, aunque sin ideas ni conexiones en ataque.

De hecho, el Tigre sólo complicaba a base de centros y así llegó el gol. Un tiro de esquina pasado fue cabeceado por Marteli hacia el centro del área para que la empuje Ibarguen, era el 1 a 1 a poco de terminar la primera mitad.

El gol fue un embrión anímico para el Tigre, que estuvo cerca de ponerse en ventaja con un Remate de Escobar que salió besando el travesaño. Ese mismo ímpetu fue el que mostró en el inicio de la segunda etapa, pero siempre careció de puntería y también de suerte.

De hecho, durante toda la segunda etapa tuvo tres remates que se estrellaron en los palos de un afortunado Augusto Batalla.

Parecía que el Tigre estaba rondando el gol, pero otro error infantil le costó el partido. Un despeje, tras un tiro de esquina del local, fue mal resuelto por Valverde que regaló el balón a Álvarez y lo dejó mano a mano con el arquero. El delantero argentino lanzó un globito que chocó en el travesaño, pero el rebote fue concretado por Toledo para marcar el 2 a 1 a los 76 minutos del partido.

Con el gol en contra el Tigre perdió la tranquilidad y la precisión. Farías mandó al campo a cuatro delanteros que, más que generar peligro, terminaron perjudicándose entre ellos.

Al final no hubo caso y el Tigre pagó caro su falta de contundencia y, sobre todo, sus debilidades defensivas.

Con la derrota no solo queda casi sin chances de pelear la clasificación – para aspirar a algo deberá ganar uno de sus dos partidos de visitante- sino que también puso en riesgo una posible clasificación a la Copa Sudamerica, el premio consuelo que se otorga a los que quedan en tercer lugar en el grupo.