Champions
César Sánchez
10/04/2018 - 16:56

El fantasma de los cuartos vuelve a golpear al Barcelona: quedó eliminado por la Roma

Hoy, Dzeko se vistió de Messi y Messi desapareció. El bosnio fue la gran figura del partido y guió a su equipo a dar el batacazo del torneo.

Messi desapareció.

La Roma hizo el milagro. Dio el batacazo no solo de la jornada, sino de la competición y eliminó al Barcelona en el Olímpico con una goleada incluida (3-0).

Hoy el Barcelona no fue el Barcelona. Ese equipo que venía invicto en el torneo y que solo había perdido un partido en toda la temporada fue un equipo timorato, sin ideas de juego y ni siquiera un poco de rebeldía para sacar el partido adelante. A eso, se sumaron los errores de su técnico, Ernesto Valverde, que nunca le encontró la vuelta al partido.

En cambio, al frente tuvo a un equipo que salió a jugar sin nada que perder, y ese es el rival más peligroso. Sin miedo, con mucho coraje y buen fútbol le faltó el respeto al Culé y es un merecido clasificado.

Hoy, Dzeko se vistió de Messi y Messi desapareció. El argentino no pudo ser el hombre desequilibrante que su equipo necesitaba en una jornada en la que nada le salió bien.

Pero si una virtud tuvo la Roma, fue la de saber cuál era el punto flaco del Barcelona. Le planteó un partido para tratar de jugarle de tú a tú en las bandas, aprovechó la fortaleza física de Dzeko y las ya acostumbradas inseguridades defensivas del Barcelona y ahí estuvo la clave de todo. 

Así llegó el primer gol, tras un pase largo frontal de Daniele De Rossi en al medio de los centrales, Edin Dzeko la bajó, aguantó y definió ante Marc-Andre ter Stegen para el 1 a 0 que los dejaba tan solo a dos tantos más de clasificarse.

Envalentonado por el resultado, el conjunto dirigido por Eusebio Di Francesco se plantó mejor que su rival, lo dominó de manera inédita esta temporada y hasta mereció el segundo antes del entretiempo, pero se le negó. El equipo italiano presionó en la mitad de cancha y cortó el normal funcionamiento de los catalanes, que nunca pudieron hacer dalo y jugaron incómodos.

La más clara para estirar la ventaja en esos 45' fue a los 28', cuando Federico Fazio llegó por la derecha del ataque a meter un centro preciso para la cabeza de Patrik Schick, que la mandó afuera de manera increíble.

Si bien el complemento arrancó más parejo que lo que se mostró en el primero, sería el conjunto local el que llegaría al borde de la clasificación a los trece minutos. Y la fórmula fue la misma.

Dzeko ganó en medio de los centrales, se cargó a la rastra a Piqué, que no pudo hacer otra cosa que cometerle falta antes de que remate cerca del área. Penal. De Rossi cambió por gol y el milagro estaba muy cerca.

Con dos goles de ventaja el equipo de la capital romana no se asustó ante la posibilidad de dejar espacios al Barcelona. Sabían que era su noche y se mantuvieron fieles a su libreto. Desperdiciaron dos ocasiones clarísimas, ambas atajas por Ter Stegen, pero cuando faltaba 8 minutos para el final llegó el gol que completaría el milagro.

Kostas Manolas se anticipó a toda la defensa en un tiro de esquina y anotó el tercero, el gol que fue gritado, por todo el fútbol italiano, tan golpeado últimamente.

Los últimos 10 minutos tuvieron al Barcelona con el dominio del balón, pero lejos de su verdadero nivel. Los cambios de Valverde llegaron demasiado tarde y su equipo lo pagó.

Hoy, la Roma se disfrazó de Barcelona y el Barza sigue sin superar los cuartos de final de la Champions, una pesadilla.

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