La abuela más longeva de América es mexicana y cumplirá 127 años a fines de mes
Leandra Becerra Lumbreras nació en el siglo XIX. Fue líder de las Adelitas, en el frente del jefe Pancho Villa, durante la Revolución mexicana iniciada en 1910.
La Paz, 19 de agosto (Infobae).- En un reportaje exclusivo para el show matutino Despierta América de la cadena Univisión, la periodista Ahtziri Cárdenas Camarena entrevistó a Dona Leandra a sólo días de cumplir 127 anos.
La anciana originaria del estado de Tamaulipas al norte de México, nació el 31 de agosto de 1887, es decir en el siglo antepasado. A pesar de su avanzada edad la centenaria abuelita disfruta de las visitas que recibe todos los años por motivo de su cumpleaños. Asombrosamente, Leandra fue líder de las Adelitas, en el frente del jefe Pancho Villa, durante la Revolución mexicana iniciada en 1910.
En 2012 logró reunir a gran parte de su familia, compuesta por cinco 5 hijos, 20 nietos, 73 bisnietos, 55 tataranietos así como un número indeterminado de choznos, o sea los hijos de sus tataranietos.
En el reportaje hecho por la cadena Univisión se puede ver que Lumbreras se encuentra en su momento de mayor lucidez y que su único obstáculo para mantener una conversación fluida es su esperable sordera.
En un divertido acto de coquetería la longeva señora se atrevió a pedirle al equipo de Despierta América una cobija o un vestido a cambio de "revelarles su verdadera edad".
La anciana está a cargo de su nieta política, Celia Hernández, quien asegura que recibe cuidados extremos y sólo se mueve de la cama a la silla de ruedas y viceversa.
Su dieta es 100% liquida dado que no puede ya consumir alimentos sólidos y suele dormir hasta cuatro días seguidos. La cuidadora aclara que los cuidados personales se han reducido y que la baña dos veces al año "para que no se enferme".
Con un espíritu digno de admirarse la simpática abuela afirma que sólo le duelen las rodillas y la cintura y que no le ve el sentido a quitarse años dado que ya no tiene "ni un diente".
Becerra Lumbreras estuvo abandonada durante varios años hasta que el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia mexicano se encargó de ponerla en contacto con sus familiares para que obtuviera los cuidados correspondientes.