Astrónomos confirman que vivimos en un enorme vacío cósmico
La Vía Láctea se encuentra en un gigantesco vacío de más de 1.000 millones de años luz de extensión.

Nuestra galaxia y el resto de nuestro entorno cósmico se encuentra en el borde de un colosal vacío de más de 1.000 millones de años luz de extensión y en cuyo interior no hay "nada". Esa es la principal y sorprendente conclusión que ha expuesto un equipo de cosmólogos en la reunión anual de la Sociedad Astronómica Americana de Austin, Texas, EEUU.
En un estudio anterior de 2013, la astrónoma Amy Barger de la Universidad de Wisconsin-Madison y su entonces estudiante Ryan Keenan demostraron que nuestra galaxia, en el contexto de la estructura a gran escala del universo, reside en un enorme vacío, esto es, una zona del espacio que engloba muchas menos galaxias, estrellas y planetas de lo que debería.
Ahora, un nuevo estudio de la misma universidad no solo reafirma esa idea de que vivimos en uno de los agujeros del queso cósmico que es el universo, sino que ayuda a facilitar el desacuerdo aparente entre las diferentes medidas de la Constante del Hubble, unidad que emplean los cosmólogos para describir la velocidad a la que el universo se está expandiendo.
El nuevo informe forma parte de un esfuerzo mucho mayor para entender mejor la estructura a gran escala del universo. En este sentido, la estructura del cosmos tendría forma de queso de Gruyere, pues está compuesto de "materia normal" que se distribuye en agujeros y filamentos. Los filamentos se componen de supercúmulos y racimos de galaxias, que a su vez están compuestos de estrellas, gas, polvo y planetas. El 95% restante, lo conformaría la materia oscura y la energía oscura.
Así, este enorme vacío en el que nos encontramos, es al menos siete veces más grande que el promedio, con un radio de aproximadamente 1.000 millones de años luz. Por tanto, es el vacío más grande conocido por la ciencia hasta el momento.
El nuevo análisis muestra que no hay obstáculos observacionales para la conclusión de que la Vía Láctea reside en un vacío muy grande. Además, la presencia del vacío también puede resolver algunas de las discrepancias entre las técnicas utilizadas para medir la velocidad de expansión del universo, como acabamos de ver.