2 de junio (revista.virtual).- Aunque no obedecen a un fin determinado, las corbatas se han usado cuando menos durante 2.000 años. Esculturas egipcias que datan del siglo III a.C. muestran que los antiguos faraones usaban anchas bandas enjoyadas alrededor del cuello. La extravagancia en estas prendas, tanto para hombres como para mujeres, llegó al colmo de lo absurdo con las complicadas gorgueras de fines del siglo XVI.

En el siglo XVII, los mercenarios croatas al servicio de Francia popularizaron una chalina que tenía un nudo en el frente.

Los franceses la llamaron cravate, de Hvat, palabra serbocroata que significa croata. La corbata se puso de moda en toda Europa hacia 1710, cuando se adoptó el alzacuello, una ancha banda de lino o batista que en ocasiones se mantenía rígida y se abrochaba alrededor del cuello. Otra moda de la época consistió en un estrecho lazo negro llamado solitario.

Durante el siglo XIX, las corbatas y los lazos (que parecían de doble nudo) adquirieron gran importancia y había folletos que daban instrucciones estrictas sobre la manera de lograr un nudo perfecto.

En 1828 H. le Blanc publicó un libro determinante titulado El arte de anudarse la corbata. A mediados de siglo ya se usaba la corbata como la conocemos hoy día.

A pesar de que las normas de vestir se han relajado, la indumentaria de un hombre de negocios requiere aún de la corbata; además, esta se asocia con limpieza, sobriedad y convencionalismo. El traje de negocios es un rígido y, para algunos, lóbrego uniforme, pero la corbata permite manifestar el gusto de cada quien.

¿Y quién puede negar la importancia de la corbata escolar en algunos países?, ya sea de un colegio o de un club, da a quien la usa el distintivo de pertenencia, así como un sentimiento de exclusividad y camaradería en relación con los compañeros.