Blog de Raúl Pérez Albrecht

Pachamama opositora

Cuando uno lee y sufre la seguidilla de acontecimientos naturales como ser la falta de agua en la ciudad de La Paz, las fuertes granizadas en la ciudad de Sucre, o la plaga de langostas en el municipio de Cabezas en Santa Cruz, es inevitable hacer las comparaciones con las plagas de Egipto en versión boliviana.

Solo que, en la historia boliviana, quien encarnaría el papel de emperador, primero se victimiza y denuncia que todos estos desastres son culpa de las potencias y que en todo caso cualquier vestigio de crítica a su apatía ambiental, es alineada a la derecha con el fin de destruirlo.

En medio de esta historia, a finales del año pasado, 2016, los niños del municipio de Tarvita subieron al cerro para rezar y llorar, pidiendo a Dios que les abastezca de agua en medio de esta seguidilla de plagas, a lo que el aspirante a emperador y segundo al mando de esta tragicomedia, culpó a los países del “norte, que los niños de Chuquisaca sufran, debido según él estos países hayan derribado sus árboles, generando toneladas de dióxido de carbono y de esta manera se agrave el calentamiento global.

Frente a esta crisis que ya se vivía el 2016, el emperador participó de danzas de la lluvia para mitigar la sequía en La Paz, sin muchos resultados, razón por la cual, cambió a los representantes de la ineficiente empresa de agua, para hacer frente la escases del líquido elemento.

En medio de un descontento social como buen profeta, alertó a todos los bolivianos a “prepararnos para lo peor” casi como una alerta temprana que no ayudó a que las regiones soporten sus respectivos desastres.

La medida que tomó su encargado de economía el 2016, ante los efectos del cambio climático que impactaron el crecimiento de la economía del país, lo que no permitió que el Producto Interno Bruto, de junio de 2015 a junio de 2016, creciera por encima del 4,5% y con ello se dejó de pagar el segundo aguinaldo.

Tras las danzas y ritos fallidos, como buen emperador en tiempos modernos declaró hacer uso de tecnología para bombardear nubes y generar la lluvia por 500 mil dólares, también se ordenó usar aviones para detener la plaga de langostas por 700 mil euros; y bueno seguimos en el afán de actuar en emergencias y no en políticas de gestión de riesgos y cambio climático.

Con un tema altamente sensible y al parecer más estratégico que la propia energía e hidrocarburos, se fue a buscar ayuda a Naciones Unidas para financiar soluciones a estas crisis, y la respuesta fue que no hay institucionalidad en Bolivia para el desembolso de recursos económicos, sin embargo, para hacer más triste la historia, el emperador cuenta con el  poder de gastar 6 veces más lo que pidió, para destruir su área protegida más valiosa en pos de hacer una represa, que agravaría más esta crisis ambiental.

Para terminar esta historia, terminamos apareciendo entre los 10 países que destruyen sus bosques, obviamente el segundo al mando no contará jamás eso a los niños bolivianos , y al parecer la pachamama se viste de opositora desnudando la inexistente gestión ambiental y de cambio climático en Bolivia, fruto de ello como diría este señor, las plagas otra clase están, haciendo desastres en nuestro país ante la ausencia de políticas efectivas de cuidado de la madre tierra.

Sentipensapiens
imagenblog: 

Reactivarse

Ser ambientalista o activista en los últimos años desde el conflicto por la defensa del área protegida del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), sumada a la resistencia por el decreto que permite la exploración de hidrocarburos en áreas protegidas; pasando por la reciente resistencia a la conservación del Parque Nacional Madidi frente al proyecto de la represa en El Bala, entre otros; hizo que el gobierno autoproclamado defensor de la madre tierra, ejerza mayor crítica y persecución a estos grupos de defensa de la ecológica y el medio ambiente, ¿paradójico no?

Lo cierto es que el inventario de ataques a estos grupos ha sido encaminado desde las más altas esferas de decisión política del país, el año 2012 el presidente Evo Morales declaró que el ambientalismo es el nuevo colonialismo, para el año 2015 amenazó expulsar del país a todas aquellas Organizaciones que se opongan a la exploración y explotación de los recursos naturales;  ese mismo año el Vicepresidente boliviano, reafirmó la posición denunciando que estos movimientos defienden un discurso ambientalista” de la potencia del Norte.

A esto sumamos la variada posición de los ministros y autoridades que en esa misma línea por ejemplo el titular de la cartera de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, en octubre del 2016, llegó a la conclusión que, si un indígena estudia y tiene una empresa, deja de ser indígena por defender su territorio; este año el asesor ambiental de la misma cartera denunció la “injerencia” de la Organización Caritas en el proyecto de exploración en la zona de Tariquía y los acusó de desinformar.

La lista de autoridades y acusaciones es diversa frente a cualquier posición que en juicio del gobierno vaya en contra de sus disposiciones de construcción de caminos, explotación de hidrocarburos, impulso a espectáculos deportivos, entrega de concesiones mineras, construcción de infraestructuras urbanas, ampliación de la frontera agrícola, cualquier principio de disonancia es motivo de fustigar a la conciencia de protección de la vida.

Lo cierto que gran parte del año pasado y este 2017 la situación en Bolivia ha generado la desaparición de importantes cuerpos de agua, ha dejado sin agua a la sede de gobierno, ha colocado a nuestra nación entre los 10 países con mayor pérdida de bosques según la Unidad de Estadística de la Organización de Naciones Unidas (UNSD), perdiendo una superficie mayor a toda la extensión territorial de Panamá.

La justificación total de esto es la generación de ingresos, el inmediatismo económico de un gobierno que no sabe generar recursos con el manejo del medio ambiente y de la biodiversidad del país y que en todo caso apuesta a una política agresiva contra las áreas naturales por energía, minería, hidrocarburos y agricultura.

Es tiempo de reactivarnos, para construir un modelo de ejemplo de cuidado y defensa de la naturaleza y la madre tierra desde el ejercicio ciudadano, sin embargo como nunca es más complejo que antes, pero al mismo tiempo como nunca es más urgente que cualquier periodo de nuestra historia, ya que en 10 años perdimos ambientalmente más que en 180 años de vida republicana.

Sentipensapiens
imagenblog: 

A rezar al cerro

Alguna vez un gobernante, dijo, Bolivia se nos muere, llamando la atención de una situación económica y social adversa; hoy podemos decir que hemos ingresado a un acelerado proceso de decadencia ambiental en el país, fruto de una, apatía estatal a todo nivel con respecto a nuestra madre tierra.      

Aquí hacemos un recuento de los principales hitos, por ejemplo, el año 2012 se desató la alarma de afectación del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) frente a las decisiones de construir una carretera que parta el núcleo del área protegida.   

El año 2013, se alertaba con mayor urgencia, las condiciones de contaminación, sobre pesca y mal uso de las aguas del río Pilcomayo las mismas que ahora siguen y se agravan conforme año que pasa.

El año 2014 ya se denunció la muerte masiva de reservorios de peces del Lago Poopó que se agravó el año 2015, con la casi completa desaparición del cuerpo mayor del otrora conocido segundo lago más grande de Bolivia.

Ese mismo año junto a la anunciada desaparición del lago orureño; las situaciones de vulnerabilidad de las áreas protegidas se agravaron más con la aprobación de un decreto que permite ahora que  11 áreas sean zonas de actividades hidrocarburíferas.            

El 2016 se desató un gran debate nacional, debido que el gobierno nacional pretende realizar una represa en nada más que el área natural más valiosa de Bolivia, Parque Nacional Maddi, uno de los reservorios naturales más importantes del planeta, para generar energía.

A esto se sumó la Laguna Colorada, ícono turístico del Parque Nacional Eduardo Abaroa en el sur de Potosí, quien fue perdiendo gran parte de su cuerpo de agua, sumando su nombre a una lista de más de 30 lagos y lagunas menores ya secas por la sequía, en el país.

Para cerrar este año la Laguna Alalay en Cochabamba por falta de agua de calidad hoy son una fuente importante de contaminación, porque su lecho es una alcantarilla; originando malos olores y una fuente de infección para la población.

Tras años de muchas alertas en torno a la contaminación del río Guadalquivir, ahora la Contraloría corrobora esta situación en su informe que dice que en gran parte sus aguas son aptas para el riego de cultivos agrícolas ni si quiera para actividades de recreación.

Finalmente, la sede de Gobierno, La Paz, ha empezado a sentir la falta de agua en 94 barrios de la ciudad, debido al déficit de líquido que reportó la represa de Hampaturi que al igual que los lagos y lagunas, se suma a una lista de otras nueve represas con los mismos problemas en todo el país.

He llegado a este punto para resaltar algo que ha simbolizado la total ineficiencia de parte del estado frente a la madre tierra y fue la reciente iniciativa de niños y niñas quienes con algunos vecinos subieron a un cerro, en la población de Tarvita en Chuquisaca para rogarle a Dios que los abastezca de agua; una iniciativa, que parece ser el único camino de la ciudadanía frente a la incapacidad de nuestros gobernantes que poco o nada hacen para afrontar seriamente el cuidado, manejo sostenible de los recursos renovables de Bolivia.

Sentipensapiens
imagenblog: 

El Periódico Digital OXIGENO.BO, es desarrollado y administrado por Gen Film & Crossmedia Ltda. Teléfono: 591-2-2911653. Correo: info@gen.com.bo