La sandía o también conocida como melón de agua es un fruto originario de África que actualmente se cultiva en todo el mundo. De carne rosada y sabor ligeramente dulce es una de las frutas con mayor contenido de agua por lo que es muy refrescante. Su pulpa de color rojo intenso o claro, según la madurez y variedad, se encuentra repleta de grandes semillas negras aplanadas.

Un plato de sandía nos aporta muy pocas calorías, aproximadamente 4 oz. (115 g) contienen solo 30 – 35 calorías, a pesar de su dulzura. Por su alto contenido de agua puede ser considerada una fruta de poco valor nutritivo e ideal para bajar de peso, más sin embargo aporta vitaminas y minerales que ayudan al buen funcionamiento del organismo. Portadora principalmente de vitamina C, A, vitaminas del complejo B, potasio y magnesio. Tan solo una rodaja grande de sandía contiene una tercera parte de la cantidad diaria recomendada de vitamina C y A y una cantidad razonable de potasio.

La sandía contiene L– citrulina un aminoácido que es transformado en arginina por el organismo y que actúa como vaso dilatador, expandiendo y relajando los vasos y capilares, mejorando así la circulación de la sangre en todo el cuerpo, lo cual resulta muy benéfico para la función cardiovascular en general y una forma natural de ayudar a controlar la presión arterial alta.

La sandía es una buena fuente de licopeno, pigmento responsable del color rojo brillante y potente antioxidante, cuyo consumo, recientemente se ha asociado a un menor riesgo de cáncer de próstata y mama. El contenido de licopeno, beta caroteno y otros antioxidantes aumenta conforme la sandía madura por lo que es importante consumirla en su mejor estado de madurez, cuando muestra un color rojo intenso. La cantidad de licopeno en la sandía madura puede ser mayor a la encontrada en el jitomate o tomate.

La sandía es una fruta que contiene pectinas, un tipo de fibra soluble con acción ligeramente laxante por lo que ayuda a mejorar y acelerar el tránsito intestinal y a mantener un mejor control de los niveles de colesterol en la sangre.

Para que la fruta conserve mejor sus nutrimentos cómprela entera y consúmala después de partirla ya que una vez cortada, pierde fácilmente algunas vitaminas, como es el caso de la vitamina C que se oxida fácilmente al estar en contacto con el aire.

Normalmente se come al natural cortada en rodajas, también se puede comer en pedazos en ensaladas o cocteles de frutas o hacer con ella agua fresca o sorbetes. Es una opción muy saludable para ser consumida como colación o postre, y una manera de hidratarse y nutrirse de forma simultánea, por lo que es considerada por muchos la fruta del verano por excelencia.