Enfermedad
Redacción Oxígeno
24/10/2017 - 12:50

¿Qué es la dermatitis atópica y cómo tratarla?

La dermatitis atópica es un trastorno cutáneo prolongado (crónico) que consiste en erupciones pruriginosas y descamativas.

Esta enfermedad es genética. /Foto: Internet

La dermatitis atópica se debe a una reacción en la piel. Esta provoca picazón, hinchazón y enrojecimiento continuos. Las personas con dermatitis atópica pueden ser más sensibles debido a que su piel carece de ciertas proteínas que mantienen la barrera protectora contra el agua.

Muchos no duermen y ven sus actividades cotidianas muy limitadas por las molestias. Pero hay varias cosas que se pueden hacer para aliviar los síntomas, desde el tipo de prendas que se lleva hasta el cuidado adecuado de la piel.

“Podría decirse que la dermatitis atópica es una especie de hipersensibilidad a factores externos”, explica el dermatólogo Ralph von Kiedrowski. Si uno tiene alguna falla en el sistema inmunológico, el organismo reacciona con fuerza ante sustancias que en realidad no representan ningún riesgo.

En el caso de la dermatitis, lo que sucede es que la barrera natural de la piel presenta una falla y eso hace que algunas sustancias como las proteínas del polen o algunos componentes de los alimentos entren en contacto con la piel y el cuerpo intente defenderse con anticuerpos. Para defenderse, secreta histamina y eso, a su vez, genera una reacción como si fuese una infección.

Se trata de una enfermedad genética, por eso suele aparecer a muy tenmprana edad. “Los niños suelen tenerla aún siendo lactantes o hasta los dos años”, explica el doctor Hermann Josef Kahl. Si bien no es una enfermedad que pueda curarse, las terapias ayudan mucho a los niños que la padecen.

La piel se puede tratar por ejemplo con pomadas que contengan urea y sean libres de conservantes y sustancias aromáticas. También se utilizan preparados con inhibidores de la calcineurina.

En algunos casos se puede aplicar una crema con corticoides, ya que los glucocorticoides inhiben la liberación y el efecto de las sustancias infecciosas. Pero Kiedrowski advierte que el riesgo de utilizar esos productos es que la piel se vuelva muy delgada en las zonas afectadas. Se recomienda recurrir a los corticoides sólo para frenar el círculo vicioso de picazón-rascado-infección.

Pero más allá de los medicamentos, el cuidado de la piel es crucial. Es importante utilizar geles o aceites de ducha que eviten que la piel se reseque. “Los productos con ácidos grasos omega refuerzan la barrera dérmica”, dice Kiedrowski.

Otro punto importante es intentar detectar qué es lo que dispara esas reacciones. Muchas veces es una alergia a determinados alimentos. Lo más común en edad infantil es que se produzca una reacción a la leche, los huevos, las nueces o almendras y el trigo.

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