Toma en cuenta este secreto para eliminar esas molestas espinillas que no te dejan en paz. Busca en cualquier tienda o droguería, bicarbonato de sodio, que es un ácido que te ayudará a neutralizar cualquier desequilibrio del pH de la piel, lo cual es una causa común del acné. Este fuerte producto te ayudará a secar la piel y a eliminar el exceso de aceite (grasa) que es la razón de los puntos negros en tu rostro.

El bicarbonato tiene leves propiedades anti – inflamatorias y antisépticas, las cuales ayudan a reducir el tamaño de las espinillas, y cuando el bicarbonato de sodio se mezcla con el agua, se forma una pasta fina y grumosa, la cual ayuda a limpiar y exfoliar la piel, logrando quitar la grasa y las células muertas de la piel.

Mascarilla con bicarbonato de sodio
Preparación:

Mezcla dos cucharadas de bicarbonato de sodio con dos cucharas de agua para formar una pasta homogénea.

Limpia y seca tu rosto cuidadosamente y luego aplica la pasta de bicarbonato de sodio sobre cualquier espinilla. Si alguna de las espinillas está abierta, podrías sentir un poco de ardor, es normal, deja actuar tu mascarilla para buenos resultados.

Baño de sodio

Si tu espalda y pecho también tiene ese molesto acné y puntos negros, la solución es tener un baño con la mascarilla que hiciste para tu rostro pero ahora la pondrás en tu zona afectada.

Preparación: 

Esparce media taza de bicarbonato de sodio en tu baño de agua tibia (no uses ninguna espuma de baño) y revuelve con tu mano para que el bicarbonato de sodio se mezcle con el agua.

Sumérgete en la bañera y trata de permanecer en el agua por lo menos de 15 a 20 minutos. Enjuágate en la ducha luego del baño.

Haciendo esto lograrás que el bicarbonato de sodio te ayude a prevenir los brotes de acné y esto te servirá para minimizar las espinillas de tu espalda, pecho y de cualquier otra área del cuerpo que tenga acné.

Advertencias

El bicarbonato de sodio podría resecar en exceso tu piel, así que es importante que tan solo te hagas la limpieza de 2 a 3 veces a la semana y a medida que tu cuerpo se acostumbre vas a ir aumentando o mermando este producto en tu rutina. Si tu piel se reseca o se despelleja, reduce la aplicación a una vez al día o cada dos días.