Los niños afectados por el bullying tienen capacidad de recuperarse
Los adolescentes y niños son resilentes, “son capaces de olvidar el daño del que han sido víctimas, repararse y marchar”, afirma Karen Flores, activista contra el bullying.
Los niños o adolescentes acosados en la escuela tienen una gran capacidad de resilencia, manifiesta la representante de Voces Vitales, Karen Flores. “Yo trabajo de manera directa, fuerte con ellos, tal vez demasiado intensa y de los más de 300 que he visto he tenido la suerte, la bendición, la luz de tener lo necesario para ayudarlos”, señala la activista. Señala que la ventaja es que los adolescentes y niños son resilentes, “son capaces de olvidar el daño del que han sido víctimas y repararse y marchar”, afirma. Voces Vitales es una organización que trabaja en la prevención y atención de niños y adolescentes involucrados en el acoso escolar o bullying.
Además, sostiene que en la mayoría de los casos los estudiantes acosados han sido capaces de enfrentarse al bullying dentro de su propio establecimiento educativo y que muy pocas veces ha tenido que sugerir un cambio de colegio. Flores asevera que los niños acosados cambian de punto de vista cuando no se los revictimiza, cuándo se les muestra que ellos deben hacerse cargo de la situación.
En cuanto a los acosadores, Flores afirma que también cambian, “se trabaja con dinámicas de empatía, tienen capacidad de adaptarse, los chicos agresores tienden a ser agredidos, a veces se vuelven agredidos, o viceversa, pasa mucho eso, cambia con mucha facilidad, con una acción, con una palabra, cambia”, explica Flores. Señala que la facilidad con que un agresor se convierte en agredido y viceversa se debe a que, mayormente, ambos provienen de familias problemáticas.
Familias problemáticas
De acuerdo a los casos tratados en Voces Vitales tanto los abusadores como las víctimas del bullying provienen, en su mayoría, de familias con problemas de violencia. De ahí toman la “indefensión aprendida”, señala Flores, esto quiere decir que “si vives en un ambiente donde hay violencia, donde las madres se aguantan por sus hijos, han aprendido la indefensión de su madre, entonces ¿con qué herramientas vas al colegio?”.
Explica que en el caso de los agresores, ellos descargan la ira que les provoca el ambiente familiar en sus compañeros del colegio. “No hay un agresor que se hace agresor porque sí, responde a todo lo que está viviendo en la casa; parte de la familia, ya sea por indefensión aprendida, lo que pasa es que ellos descargan su ira contra sus compañeros”, explicó la activista.