La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los países tengan políticas públicas orientadas a la prevención del suicidio. Tiene también entre su trabajo algunas recomendaciones para la prevención de este tipo de actos.

Según calculos de la OMS, cada año se cometen 900 mil suicidos, lo que significa una muerte cada 40 segundos y se identifica como una de las tres principales causas de muerte de personas entre 15 y 44 años.

El organismo internacional mantiene que no todas las personas que intentan suicidarse buscan exclusivamente la muerte, sino que muchas son ambivalentes. Menciona también que muchos de estos casos se dan en una fase de mejoría, cuando las personas tienen la energía y voluntad suficiente para convertir sus pensamientos en una acción destructiva. Además, mantiene que los casos que se dan sin previo aviso son escasos, la mayoría de las personas dan señales.

Entre los comportamientos para identificar a un posible suicida, destacados por profesionales de salud mental, están:

• Comportamientos que denoten un sufrimiento intenso como pueden ser lamentos sobre el sinsentido de la vida, pensamientos obsersivos, falta de energía para las tareas básicas y/o pérdida de interés por las actividades que antes se consideraban plancenteras. Éstas, si bien son síntomas de depresión y no necesariemente de suicidio, deben ser atentidas.
• Cambios de humor drástico como son las alteraciones extremas,  impulsivas y frecuentes, encierros  y falta de predispisición a manifestar su sufrimiento.
• Acontecimientos impactantes o traumáticos,  se debe tomar atención cuando una persona atraviesa sucesos muy dolorosos, especialmente si son inesperados, como la muerte de un ser querido, la pérdida de trabajo, enfermedad, bullyinfg intenso, y otro similar. Estos acontecimientos producen cambios bruscos en la rutina y algunas personas no sabe cómo reaccionar
• Avisos verbales, es necesario prestar atención a frases como “no aguantomás”, “me quiero morir”, “la vida no vale la pena”, “va a ser mejor para todos sin mí”, “hubiera sido mejor si no hubiera nacido”, etc. La idea de que quien se suicida no avisa es falsa, hay señales, verbales o no.
• Transtornos psicológicos y de dependencia, como depresión grave,  transtorno bipolar, transtorno de límite de la personalidad, esquizofrenia, estres post-traumático, así como ser victima de constantes abusos físicos y sexuales. Además se debe prestar atención  a comportamientos que pueden ser indicios de  satisfacción interior como el consumo excesivo de drogas o alcohol, conducción imprudente, práctica sexual inconsecuente, etc.
• Mejoras repentinas, cuando una persona deprimida subitamente está alegre, puede existir riesgo de que esté planeando un suicido, la aparente mejora puede ser una simulación. Es necesario observar si esta persona está resolviendo pendientes, despidiendose de amigos y familiares o donando bienes; esta actitud se debe encarar con prudencia e informar al médico.

La OMS también recomienta reducir el acceso de estas personas a medios para suicidarse como pesticidas, armas o medicamentos. Resalta la importancia de que las personas con transtornos mentales reciban tratamiento y  que los pacientes que han cometido intento de suicidio tengan seguimiento. Sin embargo, señala que una persona que ha intentado quitarse la vida una vez, no necesariamente estará siempre en peligro ya que si bien los pensamientos suicidas pueden reaparecer, en muchos casos no regresan.

La OMS llama también a un tratamiento responsable del tema por parte de los medios de comunicación y a la formación de profesionales en la atención primaria de salud.