La verdad triunfará en Venezuela
Hace 2 años, un 6 de marzo para ser exactos, miles de venezolanos se agolparon en las calles de Caracas para decirle adiós al presidente Hugo Chávez. Muchas mujeres, bañadas en lágrimas, se desmayaban al paso del cortejo. Solo un puñado sabía que el ataúd, envuelto en la bandera venezolana, contenía piedras.
Hace 2 años, un 6 de marzo para ser exactos, miles de venezolanos se agolparon en las calles de Caracas para decirle adiós al presidente Hugo Chávez. Muchas mujeres, bañadas en lágrimas, se desmayaban al paso del cortejo. Solo un puñado sabía que el ataúd, envuelto en la bandera venezolana, contenía piedras.
La revelación fue hecha este 3 de marzo por el periodista Nelson Bocaranda Sardi en una “rueda de prensa” exclusiva para el personal de su página digital Runrunes y que ha pasado un poco bajo la mesa por la brutal censura y autocensura de prensa en Venezuela. La versión completa está en: http://runrun.es/rr-es-plus/191085/bocaranda-revela-detalles-de-como-cubrio-la-enfermedad-de-chavez.html?fb_comment_id=fbc_899963090046090_900118316697234_900118316697234#f2023a7a9fdced8
Pienso que Bocaranda podría convertirse en millonario si acaso se decide publicar un libro con todo lo que sabe sobre la muerte de Chávez, pero parece que no se ha planteado esa posibilidad y cuando sus colegas le preguntaron si algún día revelará la identidad de su fuente, su respuesta fue: Si la fuente muere si, sino, no.
Bocaranda, con 53 años en el periodismo, ya era famoso mucho antes de revelar el cáncer de Chávez seis días antes de que lo hiciera el gobierno. Se lo considera como uno de los periodistas mejor “dateados” de Venezuela porque a lo largo de su brillante carrera ha revelado grandes primicias periodísticas, gracias a una red de altos contactos que ha mantenido a lo largo de los años y a quienes jamás ha identificado.
El “caso Chávez” lo catapultó a la fama internacional y medios desde todos los rincones del mundo lo buscaban en busca de información, inclusive prometiéndole el oro y el moro, algo que siempre rechazó y que aumentó geométricamente su credibilidad. Nada de lo que informó estuvo errado o fue desmentido.
Contrariamente a las versiones extraoficiales de que Chávez murió en La Habana, Bocaranda asegura que murió en el Hospital Militar de Caracas ese 5 de marzo, pero lo que Bocaranda no dice es si para entonces Chávez estaba vivo solo artificialmente.
El general Jacinto Pérez Arcay, de 82 años de edad y considerado el padre putativo de Chávez, alguna vez dijo que el presidente había muerto en Cuba el 30 de diciembre. Lo mismo se atribuye haber dicho a la DEA por el capitán de navío, Leamsy Salazar, desertor, y ex jefe de seguridad de Chávez por 10 años.
En fuentes del exilio cubano –que monitorean las 24 horas todo lo que sucede en Cuba-- trascendió que Chávez murió cerebralmente el 30 de diciembre del 2012 porque esa noche se detectó un inusual tráfico de llamadas telefónicas Caracas-La Habana-Caracas.
Cuando fue trasladado a Caracas vivía (lo confirma Bocaranda) conectado a aparatos que lo mantenían aferrado a la vida hasta que "lo desconectaron". La madre no quería que lo desconectaran... ¿Fueron las hijas los que lo autorizaron?
Mientras Chávez estaba en Cuba, el gobierno seguía “funcionando”, según sus ministros. Firmaba decretos, hacía nombramientos, dirigía reuniones de gabinete… etc. Si se comprueba que vivía artificialmente, todo eso se caerá como torre de naipes. Imposible imaginar qué dirán los que le atribuían la realización de ejercicios físicos o de mantener reuniones hasta por 5 horas con su gabinete.
La revelación de que miles de dolientes cargaron y siguieron una urna llena de piedras por las calles de Caracas confirma lo que revelaron las fotos tomadas a la llegada del féretro al velatorio en la Academia Militar. Uno era el que llegó allí y otro el expuesto minutos después a los dignatarios extranjeros que le tributaron el último adiós.
En un país donde agonizan la libertad de prensa y expresión, muchos hechos históricos de consecuencias político y sociales, todavía están en las tinieblas, pero la verdad se conocerá, sin duda alguna, más temprano que tarde.
(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de la ANF de Bolivia.