Metas, mitos y mentirillas
El Informe 2014 de la FAO titulado “El Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo” da cuenta que 805 millones de personas sufren hambre crónica, una preocupante realidad considerando lo que podría ocurrir el año 2050 con más de 9.000 millones de habitantes en el globo terráqueo si no se toman los recaudos necesarios para alimentar a la más valiosa creación de Dios: el hombre.
El Informe 2014 de la FAO titulado “El Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo” da cuenta que 805 millones de personas sufren hambre crónica, una preocupante realidad considerando lo que podría ocurrir el año 2050 con más de 9.000 millones de habitantes en el globo terráqueo si no se toman los recaudos necesarios para alimentar a la más valiosa creación de Dios: el hombre.
La guerra contra el hambre en el mundo tiene que ver básicamente con el acceso a los alimentos y el producirlos de forma creciente. Lo primero depende de una mejor distribución del ingreso y lo segundo, de factores escasos de producción como la tierra y el agua.
El desafío es grande: queremos menos pobres en el mundo, la población sube, la demanda de alimentos aumenta: ¡hay que producir más y mejores alimentos!
Para que en los últimos veinte años 209 millones de personas hayan superado el hambre crónica con alimentos a precios altos, mucho tuvieron que ver las políticas sociales pero también la tecnología -diré mejor la biotecnología- que ayuda a producir mejores alimentos con menos recursos; baja las pérdidas por enfermedades, plagas o clima, y reduce el uso de agroquímicos.
Un último informe del Servicio Internacional de Adquisición de Aplicaciones de Agrobiotecnología (ISAAA en inglés) da cuenta que desde 1996 el área sembrada de semillas genéticamente modificadas en 28 países creció cien veces hasta alcanzar a 181,5 millones de hectáreas el 2014, favoreciendo a 18 millones de agricultores, 90% pequeños con pocos recursos.
Si bien EEUU lidera los cultivos biotecnológicos seguido de Brasil, Argentina, India y Canadá, cerca de 15 millones de campesinos en China e India siembran más de 15 millones de hectáreas de algodón; Filipinas y Vietnam avanzan con maíz tolerante a herbicidas e insectos; Bangladesh tiene ya su berenjena biotecnológica y va por la papa, algodón y arroz, e Indonesia avanza con caña. A la hora de alimentar no hay ideología sino realismo y pragmatismo.
El Informe de la FAO destaca a Bolivia por su avance en seguridad alimentaria, aunque más de 2 millones de bolivianos se acuestan cada noche con hambre. Bueno será que de cara a la Cumbre Agropecuaria -para cumplir las metas de 45 millones de toneladas de alimentos y cero pobreza extrema en el 2025- se superen los mitos y también las mentirillas de ciertas ONGs que lucran con la pobreza, sabiendo que hasta Cuba produce alimentos biotecnológicos y que Venezuela los importa desde EEUU y los consume sin ningún problema…