Roberto Ossio Ortube
24/07/2022 - 11:19

EL ESPECTRO DEL PRESIDENTE SUICIDA

La muerte del Presidente de Bolivia Germán Busch aún es una historia perturbadora que sigue persiguiendo el imaginario contemporáneo nacional.

El 23 de agosto de 1939, Germán Busch muere en su domicilio ubicado en la Calle Villalobos de la Zona de Miraflores. (Fuente Fotografía: DW)

La Paz tiene sus tradiciones y leyendas, desde tiempos coloniales pasando por la época republicana, algo que no es una sorpresa puesto que es una ciudad donde Bolivia y su gente, han entretejido su destino para bien o para mal. Así se tienen sitios emblemáticos con sus cargas energéticas peculiares como por ejemplo el Palacio Quemado o el Teatro Municipal, por circunstancias y hechos que se produjeron en esos lugares. Léase para ello las AÑEJERIAS PACEÑAS de Ismael Sotomayor

Uno de esos acontecimientos fue sin lugar a dudas, la muerte del Presidente Germán Busch el 23 de agosto de 1939, siendo uno sus capítulos más siniestros y espeluznantes de nuestra azarosa historia . Fue un suicidio? Fue un asesinato? Estas hipótesis siguen siendo objeto de controversia y preguntas que aun no han sido totalmente esclarecidas objetivamente.

Si el lector tiene la disposición de tiempo para conocer mayores detalles, es necesario remitirlo a dos autores contemporáneos que han trabajado exhaustivamente en este personaje en los últimos tiempos: Pablo Michel en sus documentales audiovisuales de Siglo y Cuarto y Robert Brockmann en su libro “DOS DISPAROS AL AMANECER”.

Sin embargo, el relato que nos ocupa a continuación, es posterior a los hechos acontecidos esa madrugada luctuosa de 1939, va más al campo especulativo, de lo inmaterial y que se presta a la incredulidad o creencia ciega de lo que se conoce como sobrenatural o psíquico.

La casa que Busch y su familia habitaba en el momento de su muerte, se encuentra ubicada en la Calle Villalobos de la Zona de Miraflores, siendo posteriormente adquirida por la Caja Nacional de Seguridad Social (actual Caja Nacional de Salud) para que allí funcione su Clínica de Psiquiatría.

Hace un par de días, casualmente el suscrito escritor tuvo acceso al testimonio de una enfermera jubilada, quien fungió como funcionaria de dicho centro de salud por más de treinta (30) años. Esta emérita persona quien fue jefe de enfermeras y que ahora cuenta con ochenta y cinco (85) años, pudo narrar lo siguiente:

“Al cumplir los turnos nocturnos, tanto el médico de turno como las enfermeras asignadas, realizábamos las correspondientes rondas, muchas veces con las luces apagadas, portando linternas, para no interrumpir el sueño de los pacientes, recorriendo los pasillos y cuartos en total silencio y oscuridad.

Al encontrarnos en el cuarto asignado para descansar, nos reuníamos para tomar una taza de café o jugar cartas (telefunken). Sin embargo, muchas noches el ambiente se volvía extremadamente pesado, aproximadamente a las cuatro o cinco de la mañana, un aire helado enrarecía el sitio, haciéndose evidente por el vapor de la respiración y el aliento de cada uno de los presentes que ya se entrecortaba por el miedo. Sabíamos lo que sucedería después.

De la nada se escuchaban pasos muy pesados en los ambientes, estos se dirigían por los corredores hacia una habitación en específico, el infame cuarto donde ocurrió la muerte de Busch, sin embargo eso era lo de menos, en el momento menos esperado en el silencio de la noche, todos escuchábamos azorados y al mismo tiempo espantados, el sonido de un disparo que claramente sonaba como un golpe seco que se amplificaba por el eco tétrico del sitio. Nadie se atrevía a salir, por lo que preferíamos encerrarnos sin atinar a nada “

Sugestión? , contracción de la madera? algún objeto cayendo? personal o pacientes caminando? la lógica nos lleva a buscar la respuesta más razonable antes de ingresar a la explicación más remota y para muchos absurda, que es la presencia de un espectro o fantasma.

A ello se suman las características del sitio, un centro de de tratamiento para pacientes psiquiátricos, que agrega un marco más siniestro y tenso durante la estadía del personal médico por las noches, incrementado por los gritos o desvaríos de los enfermos. Lo narrado por la anciana enfermera añade algo más:

“Algunos de los pacientes alegaban haber visto a un hombre alto y grande, caminar y hablarles por las noches. La veracidad o no de estas afirmaciones, respecto a esta presencia, podía fácilmente ponerse en duda por las condiciones mentales de los enfermos, sin embargo era un relato recurrente en muchos de ellos”.

Fritz Leingber en su obra “LOS FANTASMAS” señala que cuando las apariciones se aferran a una localidad, constituyen lo que se denomina “encantamiento local” y el lugar al que envuelven ordinariamente recibe el nombre de “casa encantada”. Estos sitios se encuentran impregnados por la presencia de entidades y las impresiones, los ruidos y todas las experiencias pasadas ocurridas en el sitio, cuya atmósfera permeabiliza e impresiona a cuantos habitan el sitio. Estas apariciones muchas veces están lejos de ser una mera alucinación, no pudiendo explicarse tales hechos, puesto que se producen fenómenos físicos inexplicables como abrir puertas, levantar cortinajes, apagar bombillas. Los animales son muy sensibles a ello puesto que ven o parecen ver mostrando señales de pavor o temor. Mucho más si estas apariciones se han visto por dos, tres o más personas a la vez dejan de ser meras alucinaciones .

Leingber asimismo señala algo peculiar, estos espectros adolecen de cierto tipo de locura provocada por un hecho violento que los ha degradado espiritualmente y se sienten atraídos hacia personas que ostentan tendencias semejantes . Cierto o no, muchas de las narraciones de espectros en novelas fantásticas reparan en sitios como el citado, es decir hospitales psiquiátricos o manicomios. Bram Stoker en su obra DRÁCULA , asigna un papel importante al personaje de Renfield, un interno del manicomio cercano a Carfax, quien es uno de los primeros que conoce de la existencia y presencia del Conde y lo ve como tal, sin que los guardias o el propio Dr. Seward su custodio le dieran credibilidad debido a su estado de locura. Obviamente este es un relato ficticio de una novela fantástica, pero tómese en cuenta que para la redacción, Stoker trabajó en diversos temas referidos a la psiquiatría, el ocultismo y las leyendas locales. William Peter Blatty en su obra EL EXORCISTA parte en sus criterios iniciales, con explicaciones psiquiátricas para los extraños acontecimientos que se desarrollan en su novela.

Sea como fuere, el peso y trascendencia de lo ocurrido 23 de agosto de 1939, aún está cubierto por la bruma del misterio . Para muchos sólo una fuerza externa espiritual superior puede quitar la vida, para otras culturas el suicidio es un acto de supremo valor y honor. Para otros, animales, niños y pacientes mentales son las vías favoritas de comunicación para espíritus descarnados. Finalmente, esos sitios marcados por violencia y muerte hacen que el hecho se repita una y otra vez de manera infinita.

La respuesta depende del criterio y creencia de cada persona, respecto a lo que ocurre por las noches en la Clínica Psiquiátrica de la calle Villalobos.

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