Roberto Ossio Ortube
24/05/2020 - 19:50

FRANCISCO ARGANDOÑA - PRÍNCIPE DE LA GLORIETA: EL ESPLÉNDIDO BOATO DE “LA PLATA” A ORILLAS DEL RÍO QUIRPINCHACA

Recordando el 25 de Mayo en Oriente, Día de Chuquisaca, se presenta la historia de uno de sus más ilustres personajes, Francisco Argandoña, Príncipe de La Glorieta.

Don Francisco Argandoña, Principe de la Glorieta , Representante Diplomático Boliviano ante las Cortes Europeas (Fuente: Museo Charcas. Sucre Bolivia)

INTRODUCCIÓN

Mucha de la información que se viene publicando en periódicos, páginas WEB, redes sociales, folletos turísticos e improvisados guías de cementerio, respecto al Principado de la Glorieta, a Francisco Argandoña y al papel de este hombre en la economía, diplomacia y vida social de la Bolivia de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, responde muchas veces a remembranzas o anecdotarios difusos, que pueden minimizar o distorsionar los diversos aspectos de la vida de este notable personaje.

Para este artículo se ha recurrido a fuentes bibliográficas serias, disponibles y verificables, así como a una opinión entendida,  respecto a un tópico específico poco conocido que se menciona en la parte final, para brindar una visión más clara de la vida de esta distinguida figura boliviana.  Para ello se debe entender el contexto y las condiciones de los tiempos en los que vivió y se desenvolvió.

EL ORIGEN DE UNA GRAN FORTUNA

Francisco Argandoña Revilla, nació en la ciudad de Potosí, Bolivia, el 4 de junio de 1850, sus padres fueron Mariano Argandoña Mais y María Luisa Revilla. Desde muy joven se dedicó a las  actividades comerciales y mineras formándose en Mineralogía en el Instituto Inglés "Mackay" de Valparaíso, en Chile. Contrajo matrimonio el 7 de febrero de 1874 con Clotilde de Urioste Velasco, quien era oriunda de la ciudad de Sucre, hija de Melitón de Urioste Gómez y  Clotilde Velasco del Rivero. La pareja no tuvo descendencia.

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Fotografía 1: Francisco Argandoña junto con su esposa Clotilde Urioste de Argandoña. (Fuente: Castillo de la Glorieta. Sucre Bolivia)

María del Carmen Argandoña Fernández de Córdova, una de sus descendientes, en su monografía  DON FRANCISCO DE ARGANDOÑA Y REVILLA EN LAS RELACIONES DIPLOMÁTICAS CON RUSIA Y ALEMANIA, señala que en los primeros tiempos de la República, una hija de Mariano Argandoña, Rufina Argandoña estaba casada con el español Mariano Ramírez, quien se empeñaba en trabajar una mina pobre cerca de Tolapampa,  en la región de Mula - Cayo o Pulacayo Viejo, donde según referencia de los indígenas, los españoles habían trabajado una veta, hacia el año 1770, pero con motivo de la sublevación de Túpac Amaru, los habían degollado, sin dejar escapar a ninguno de los que trabajaron en esa región, tapando después todas las labores, siendo esta tradición fielmente conservada en secreto. Ramírez, experto minero, no tardó mucho en encontrar la veta principal, realizando grandes trabajos, pero no contaba con los recursos económicos,  para ello con objeto de conseguir el capital necesario, organizó una sociedad con amigos y compatriotas suyos, avecindados en Potosí. Sin mucho éxito, luego de difíciles y no muy exitosas gestiones, en la reiniciación de la explotación de la misma, Francisco, Manuel, Candelaria Argandoña y principalmente el Dr. Aniceto Arce Ruiz, casado con Amalia Argandoña, se hicieron cargo de la consolidación y organización de la SOCIEDAD ANÓNIMA MINERA HUANCHACA DE BOLIVIA. (Argandoña. 2010. Pág. 6)

Ramiro Condarco Morales, en su obra ANICETO ARCE: ARTÍFICE DE LA EXTENSIÓN DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN BOLIVIA, señala que tanto las familia Arce como Argandoña, poseían  junto con otros socios, acciones radicadas en Bolivia que ascendían a 4.727, representando el 78.78% del total del paquete accionario de 6000, estando el remanente equivalente a 21,22% con accionistas chilenos. Téngase en cuenta los siguientes datos a continuación:

ACCIONISTAS                          ACCIONES

Arce, Aniceto:                                  1941

Argandoña, Francisco:                        437

Argandoña, Manuel:                           172

Argandoña, Candelaria:                      176        

(Condarco. 2002. Pág. 268)

 Condarco Morales afirma lo siguiente: “Era el comienzo del auge de Huanchaca. No hacía mucho que la empresa había salido de sus graves contratiempos de iniciación, y, tras un año – el de 1876 – sin utilidad líquida registrable, había sobrevenido la primera utilidad líquida apreciable en 1877 de Bs. 470.059,42”. (Condarco. 2002. Pág. 270)

Pero el espectro de las actividades mineras no se limitaron sólo a Huanchaca, junto con Arce y el también empresario minero Gregorio Pacheco, los que llegarían a ser Presidentes de Bolivia en el periodo denomina “Conservador” entre 1884 y 1892, se organizó una nueva sociedad anónima, para ser parte de la explotación de la “COMPAÑÍA GUADALUPE DE BOLIVIA” mediante un canje de acciones de Huanchaca por otras de Guadalupe, que eran cedidas por Pacheco en proporción de una de estas por otra igual de aquellas , formándose un lote de mil acciones que en proporción se repartieron los señores Arce;Francisco, Manuel y Candelaria Argandoña; Daniel Álvarez y Belisario Peró. Este fue el origen de la intervención de ambos grupos en ambas empresas. Huanchaca con 6000 acciones y Guadalupe con 3000 estaban en gran auge, se perfeccionaron los beneficios de la plata, construyéndose por cuenta de ambas compañías líneas telegráficas que por primera vez cruzaron el territorio boliviano desde la frontera argentina pasando por Tupiza, Guadalupe, Tatasi a Huanchaca, donde se empalmaba con la línea que venía de la costa y pasaba a Huanchaca y Sucre.

Roberto Querejazu Calvo, en la biografía de Adolfo Costa Du Rels, señala que Francisco Argandoña retuvo el total de lo que poseía de sus acciones cuando se percató que las acciones de la Mina Huanchaca tuvieron cotizaciones altas en las bolsas de valores de Santiago y Valparaiso, por lo que en años posteriores las acciones se cotizaron aún más y el afortunado minero resulto  millonario. (Querejazu. 1982. Pág. 56)

El "Boletín de la Sociedad Nacional de Minería de Santiago de Chile, en 1903, señala lo siguiente: “La mina que produce mayor cantidad de plata en el mundo es la Broken Hill en Australia, viniendo en segundo lugar la mina Huanchaca de Pulacayo" Desde 1873 hasta 1901 produjo la fabulosa cantidad de 4.520 toneladas de plata por un valor de 25 millones de libras esterlinas." (Argandoña. 2010. Pág. 6)

A decir de Antonio Mitre en su obra LOS PATRIARCAS DE LA PLATA, alrededor de 1860 los centros mineros más importantes se hallaban ya en manos de la nueva burguesía minera. Estos mineros iniciaron la transformación de sus empresas en entidades modernas, reactivando los vínculos con los centros del capital comercial e industrial que operaban en la costa del Pacífico. De este modo, la élite minera pudo obtener préstamos y promover activamente la participación del capital internacional en la economía del país y la mina Huanchaca ejemplifica este caso. (Mitre. 1981. Pág. 90)

EL REPRESENTANTE DIPLOMÁTICO

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Fotografía 2: Francisco Argandoña designado Ministro Plenipotenciario (Fuente: Castillo de la Glorieta. Sucre Bolivia)

Desahogado en el plano económico, Argandoña fungió como representante diplomático de Bolivia en diversos países europeos, acompañado inefablemente por su esposa.  Según María del Carmen Argandoña, el personaje de referencia cumplió en 1884 funciones como Adjunto Civil, ad honorem en la Legación de Bolivia en Chile. Entre 1896 y 1906, con Cartas Credenciales del Presidente Severo Fernández Alonso del 6 de octubre de 1896 primero y luego de José Manuel Pando, de fecha 30 de julio de 1902. Asimismo, fue Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Bolivia en Francia, donde mereció por sus acreditados servicios, la muy distinguida Orden de la Legión de Honor en el Grado de Gran Cruz. (Argandoña. 2010. Pág. 7)

Asimismo la misma autora hace mención , que el destacado historiador y diplomático boliviano don Juan Siles Guevara, en una publicación de Presencia Literaria editada por Monseñor Juan Quiroz, de fecha 28 de diciembre de 1969, titulado "Misiones Diplomáticas de Francisco de Argandoña en Rusia y Alemania", hace referencia que fue el primer representante del gobierno boliviano, ante el Emperador de la Rusia, como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante la Corte del Zar Nicolás II, siendo recibido por el mismo, el ceremonia especial, el 9 de agosto de 1898 en el Palacio de Verano del Zar, Peterhof, fundado por Pedro el Grande en 1711, a 21 Km. de San Petersburgo junto a la Fortaleza de Kronstadt para perpetuar la memoria de la lucha de Rusia por su acceso al Mar Báltico. Don Francisco informó a la Cancillería boliviana diciendo "partí de San Petersburgo en el tren de horas 10 a.m. y llegué a Peterhof a las 10:40 a.m. Fui conducido en carruaje de la Corte a un Palacio donde fueron también recibidos hace pocas semanas, SAR el Príncipe de Bulgaria y SM el Rey de Rumania" (...) "Después de tomar el té en el suntuoso departamento que se me había destinado, pasé con mis ilustres acompañantes a la Villa Imperial Alejandría donde se halla el Palacio de SM. A las 12, me fue honroso presentar mis respetos a los augustos soberanos y entregar a SM el Emperador la carta autógrafa del Señor Presidente de Bolivia, SE. Severo Fernández Alonso, acreditándome como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Bolivia..." Se iniciaba y concluía así, el 9 de agosto de 1898, la primera Misión Diplomática de Bolivia en Rusia, que posibilitó desde entonces las estrechas y mutuamente provechosas relaciones entre nuestros dos pueblos”. (Argandoña. 2010. Pág. 7)

LA BULA PONTIFICIA DE LEÓN XIII Y LA ERECCIÓN DEL PRINCIPADO DE LA GLORIETA.

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Fotografía 3: Cuadro que muestra a Francisco Argandoña junto con su esposa Clotilde Urioste de Argandoña en audiencia con el Papa León XIII. (Fuente: Castillo de la Glorieta. Sucre Bolivia)

En 1898, después de visitar el 6 de octubre la corte prusiana del Káiser Guillermo II en Berlín; se dirigieron a Roma, donde los esposos Argandoña fueron recibidos por el Papa León XIII, quien años antes, en 1891, había escrito la famosa encíclica Rerum Novarum, donde definía  la Doctrina Social de la Iglesia Católica, mismo que les confirió el título de “PRÍNCIPES DE LA GLORIETA” siendo el tenor el siguiente:

Bula de erección del Principado de la Glorieta, otorgada por S.S. el Papa León XIII, al Sr. Francisco Argandoña y Su esposa Da. Clotilde U. de Argandoña.

A nuestro estimado hijo Francisco Argandoña, Ministro en Francia de la República de Bolivia, con instrucciones libres.

Estimado hijo: salud y bendición apostólica.

Los méritos eminentes de vuestro talento que os han hecho realizar obras espléndidas, y sobre todo el celo y cuidados que prodigáis asiduamente con vuestra esposa, a los niños huérfanos, de manera que por los gastos onerosos de una bienhechora institución, que es un alivio de su infortunio os hacéis evidentemente dignos a que os confiramos un título de honor elevado, que sea una recompensa á vuestros méritos y un testimonio palpable de nuestra benevolencia para con vosotros. Es por eso, que á os absolvemos y declaramos exentos de todas las condenaciones eclesiásticas, censuras y penas de cualesquier clase que ellas sean, o por cualesquier causas que ellas hayan sido pronunciadas, y en las que podías haber incurrido; por estos documentos y por      Nuestra Autoridad, os hacemos, establecemos y proclamamos Príncipes de la Glorieta.

Dado en Roma, en San Pedro, bajo el anillo del Pescador, el 28 de Diciembre de 1898, año 21 de nuestro Pontificado. (Argandoña. 2010. Pág. 8)

La bondad de los Príncipes era evidente, quizás por el dolor de no poder tener hijos, ambos dedicaron sinceros y tangibles esfuerzos para sostener orfanatos, San Francisco para varones y Santa Clotilde para mujeres, donde dispendiaron muchísimos gastos, así como en la fundación de talleres de oficios que eran regentados por religiosos.

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Fotografía 4: Francisco Argandoña junto con su esposa Clotilde Urioste de Argandoña en compañía de los ninos y niñas de los orfanatos a su cargo (Fuente: Castillo de la Glorieta. Sucre Bolivia)

EL CASTILLO A LAS ORILLAS DEL RIO QUIRPINCHACA

Argandoña adquirió un terreno en las cercanías de Sucre de aproximadamente dieciséis  hectáreas de extensión paralelo a la ladera de un cerro, sector eminente rocoso, ubicado a 5 Km de  la ciudad; el año de 1893 encargó al arquitecto italiano Antonio Camponovo la construcción de su residencia en el terreno denominado La Glorieta, bajo la influencia de la arquitectura romántica e historicista, relación directa por su estadía en Francia, sus diferentes viajes y su asistencia a la Exposición Universal de Paris, donde se exhibía el apogeo del eclecticismo propio siglo XIX, estilo característico y de moda en Europa, utilizado por los poderes sociales de esa época. Téngase presente que Argandoña y su consorte, fijaron su domicilio en el magnífico palacio perteneciente a los deudos de la Emperatriz Josefina, situado en la Avenida de los Campos Elíseos Nº 44 (Canseco. 2015. Pág. 331)

Teresa Gisbert y José de Mesa hacen la siguiente descripción respecto a La Glorieta:

“Esta mansión es uno de los más interesantes edificios eclécticos del período; pues se compone de un conjunto de cuerpos diferentes, cada uno de ellos realizado en un estilo diferente. De izquierda a derecha aparece una torre románica coronada por mirador de cristales, hay un pórtico de arcos polilobulados y detrás resalta el alto minarete con remate bulbiforme. Hace esquina con el edifico principal un palacio florentino del siglo XV; a este se adosa una capilla con campanario de estilo gótico; la estructura concluye en larga galería interpretada en renacimiento francés. Hay que reconocer que para Camponovo el encargo tuvo que ser un verdadero «tour de force», pues se le pedía reunir la historia de la arquitectura en un solo edificio. Por el resultado, podemos juzgar que salió airoso del encargo, pues en medio de tan gran superposición de estilos hay una cierta unidad que hace agradable el conjunto aunque exótico. La decoración interior es digna de un palacio europeo del último tercio del siglo XIX” (Gisbert y Mesa 2012, 3: 24-25)

Lagos artificiales, islas, pequeñas réplicas de templos, casas de muñecas, eran hechos realidad en medio de jardines pletóricos de flores, donde incluso se contaba con un pequeño tren Decauville, daban marco de belleza a un sitio único en Bolivia, donde se celebraba con esplendor la fortuna de los Príncipes.

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Fotografía 5 y 6 : El Castillo de la Glorieta a principios del Siglo XX (Fuente: Canseco Oliva, Dario; Sandi Copa, Silvia Olivia. SISTEMA CONSTRUCTIVO DE LA TORRE DEL CASTILLO DE LA GLORIETA. Bolivia. 2015)

UNA PERSONA SENCILLA Y CARITATIVA

Adolfo Costa du Rels, citado por Roberto Querejazu Calvo, hace la siguiente descripción del Príncipe: “Adolfo pensó en los príncipes de los cuentos de las “Mil y Una Noches”. Se sorprendió al ser recibido por un caballero bajo, enjuto, tímido, de hablar mesurado, con un rostro marcado por la viruela en el que sobresalía un par de bigotes en forma de manubrio de bicicleta” (Querejazu. 1982. Pág. 56)

El futuro escritor y diplomático boliviano, quedó huérfano de ambos padres y debía volver a Bolivia, pero el Príncipe lo persuadió para que se quedase en París, bajo su tutela y concluyese estudios superiores, haciéndose incluso cargo de sus otros dos hermanos René y Blanchette. Sin embargo, desavenencias posteriores hicieron que retorne al solar patrio. No obstante, Costa du Rels, describe a un hombre amable, sencillo, discreto, con quien había cultivado un trato muy cercano, aunque un tanto absorbido sino apocado por su parentela colateral.

Tristan Marof (Gustavo Adolfo Navarro) en su amena, aguda y más recordada novela titulada “LA ILUSTRE CIUDAD”, describe con desparpajo, humor e ironía la llegada a Sucre de los Príncipes de la Glorieta después de muchos años:

“El señor de Argandoña vestía levita gris, con rebordes de seda negra en las solapas, luciendo el ojal cintilla roja de comandante de la legión de honor. El chaleco albo conjugaba con sus pantalones ingleses y zapatos “lovelace”, patrióticos y con botonadura al lado.”

  • ¿Cómo han estado ustedes? – fue su primera pregunta.
  • Muy bien, muy bien, príncipe.
  • Me lo figuro. Ah, ya, ya…
  • En seguida un silencio. (Maroff. 1950. Pág. 99)

Marof continúa su descripción que nos acerca más al ser humano:

“El “príncipe” relató anécdotas de sus viajes  y de los amigos que había conocido en el viejo continente,  de Alfonso XIII habló con intimidad…. En realidad el “príncipe”, se sentía incómodo con el título, pero no deseando disgustar a su real consorte, toleraba las venias, y de vez en cuando tenía que ponerse su célebre capa de armiño, tal como se lo ve en postales que han pasado hasta nuestros días” (Maroff. 1950. Pág. 100)

“Después de una serie de exhibiciones, en las que a decir verdad, el “príncipe”, tomó muy poca parte – porque era el mismo ciudadano de siempre-“(Maroff. 1950. Pág. 104)

Podemos concluir que Francisco Argandoña, era tal como lo describen Costa du Rels y Marof, un hombre bueno, sobrio y discreto, un correcto ciudadano.

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Fotografía 7: Cuadro que muestra a Alfonso XIII, Rey de España  y la Reina Regente María Cristina de Habsburgo recibe a Francisco Argandoña y su esposa en Madrid (Fuente. Castillo La Glorieta. Sucre. Bolivia)

EL BANCO Y LOS PRIMEROS AUTOMOVILES DE SUCRE

En 1893, Francisco Argandoña desempeñó una sobresaliente tarea en el campo de la Banca, creando el Banco Francisco Argandoña en Sucre, que complementaba sus actividades industriales mineras, de emisión propia, destinado sobre todo al relacionamiento internacional de la industria minera para operaciones dentro y fuera del país, llegando a ser uno de los Bancos más prestigiosos de Bolivia. Autorizado mediante Ley de 12 de octubre de 1892 e instalado el 15 de abril de 1893. Fue uno de los bancos más interesantes que tuvo Bolivia, entre 1893 y 1919 por sus emisiones de papel moneda. Todos los billetes emitidos por el Banco muestran su propia efigie o la de su esposa, además del Castillo de la Glorieta de Sucre, declarado Monumento Nacional en 1920. (Argandoña. 2010. Pág. 7)

La primera emisión de billetes de este Banco fechada el 1ro de enero de 1893 fue impresa, al igual que las posteriores, por la Bradbury, Wilkinson & Company de Londres. Esta primera emisión es muy rara puesto que se conocen pocos ejemplares y sólo en cortes de cinco y diez bolivianos. La segunda emisión es del 1ro de enero de 1898, en la que sí aparece el billete de Un Boliviano, igualmente muy difícil de encontrar, tiene en el anverso la efigie de Argandoña y un ángel minero. En el reverso tiene el escudo de armas de la República con nueve estrellas, flanqueado por dos figuras femeninas. Luego siguieron otras emisiones en 1907 y 1909. (Argandoña. 2010. Pág. 7)

Asimismo, se hace referencia a la llegada de los Príncipes para las fiestas patrias de 1907, donde trajeron los primeros autos a la ciudad de Sucre: “El día 6 de agosto llegaron a esta los automóviles importados por el Señor Francisco Argandoña, causando grata impresión ver correr sin peligro alguno en las calles estrechas de la ciudad los vehículos que hasta ahora, son lo más perfecto en las artes industriales locomotrices” (La Mañana, agosto 8 de 1907)

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Fotografía 8: Salón de Recepción de Los Príncipes de La Glorieta. Paris. Principios del Siglo XX (Fuente: Canseco Oliva, Dario; Sandi Copa, Silvia Olivia. SISTEMA CONSTRUCTIVO DE LA TORRE DEL CASTILLO DE LA GLORIETA. Bolivia. 2015)

UNA FATAL GALANTINA DE PAVO.

25 de mayo de 1909, Sucre, Capital de Bolivia, se preparaba para festejar el centenario del Primer Grito Libertario de América. Entre los muchos invitados oficiales donde se encontraba el Presidente Ismael Montes, su sucesor Eliodoro Villazón, así como ministros, diplomáticos, sus esposas y demás invitados, quienes descollaron con su presencia, fueron los Príncipes de la Glorieta. Sería uno de sus últimos actos oficiales. Lamentablemente, meses después de estos fastos, el 27 de agosto de 1910, fallecía en París, Francisco Argandoña Revilla.

Roberto Querejazu Calvo, en su obra precitada, señala lo siguiente: “Adolfo Costa se enteró de los detalles de la muerte de su amigo y benefactor de París, Don Francisco Argandoña. Había tenido un rol preponderante en las fiestas. El baile y los días de campo en la Glorieta llamaron la atención. Falleció a los pocos meses víctima, al parecer, de haber consumido con exceso galantina de pavo, su plato favorito, que le provocó un cólico miserere” (Querejazu. 1982. Pág. 87)

¿Qué es una galantina de pavo? ¿Cómo se prepara?  ¿Puede ser tan letal?

La galantina es un fiambre francés compuesto por carne deshuesada rellena, comúnmente de ave, que se cuece a fuego lento y se sirve fría, cubierta con áspic. Las galantinas se prensan para darles forma cilíndrica. Debido a que deshuesar aves se considera difícil y laborioso, este plato requiere bastante elaboración, por lo que a menudo se decora profusamente, de allí procede su nombre. A finales del siglo XIX la técnica fue atribuida al chef del marqués de Brancas

El reconocido chef Boliviano Germán Dávalos Machicado,  explicó al suscrito escritor de este relato,  que la galantina de pavo tiene una gran concentración de grasa saturada y se debe saber preparar adecuadamente. Para lograr una galantina bien hecha, hay que tamizar el ave en dos etapas. No es sólo darle punto de cocción y dejar enfriar para quitar el resto de grasa dura, sino que hay un método que se utiliza desde el siglo XVI, que es la tamización por enfriamiento de gaza. Es decir se remoja una gaza y se congela. Cuando se tiene el “fondo de ave” o “caldo caliente”, este se tamiza en la tela y se quita cualquier resto de grasa excedente para que la galantina sea cristalina.

Si no se hace eso, se  tiene la probabilidad de que en la galantina, queden rastros de grasa saturada que pueda afectar directamente al hígado y por ende suba el nivel de colesterol en la persona. Si se consume en gran cantidad, existirá una sobresaturación de grasa en el hígado, lo que puede producir un Infarto Hepático o Colapso Hepático Severo, que desencadena en una subida de presión arterial y una muy probable embolia, por la subida intempestiva del colesterol , lo que  produce directamente una descompensación orgánica generalizada ocasionando una disfunción hepática en primera instancia y por ende una carga excesiva de colesterol en sangre, que puede  ocasionar un ACV (Accidente Cerebro Vascular) si es que el individuo ha cometido el error de beber alguna bebida fría y provocado por esa sobresaturación de grasa en sangre, provocando un coágulo que puede llegar directo al corazón o al cerebro, y que deriva en una muerte casi instantánea o en un derrame cerebral.

Asimismo Dávalos señala que, una ingesta excesiva puede provocar una intoxicación alimentaria de grasa saturada, lo que podría producir un colapso hepático severo y unos dolores reflejantes muy intensos. Síntomas muy parecidos a una peritonitis y obviamente podría darse la posibilidad de generarse una, porque la cantidad de bilis que segrega la vesícula no sería la suficiente y obviamente el cuerpo tiende a fallar: la vesícula se sobresatura y puede reventar existiendo  poco tiempo para salvar a alguien que tiene ese cuadro clínico.

Estas graves consecuencias eran vistas en esa época como un posible cáncer de estómago, siendo que las galantinas se las condimentaba mucho, con ingentes cantidades de nuez moscada y pimienta dulce. Una cocción fuerte y una sobre condimentación, podía llegar a ser fatal. Dávalos señala que, el uso excesivo de nuez moscada  puede producir intoxicación alimentaria, además existe un dato de la cocina de la época, es posible que haya existido una intoxicación severa, porque usaban hoja de laurel y muchas veces dejaban este ingrediente en la cocción, hasta que gelatinice para las galantinas. El uso excesivo de este ingrediente genera una toxina muy similar al cianuro. Finalmente,  las galantinas se hacían dos a tres días antes. Sin métodos de conservación ni refrigeración, obviamente hacían mucho daño, concluyendo este acápite con esta fórmula fatal:

Galantina (Nuez moscada + hoja de laurel + grasa saturada + falla hepática) = muerte inminente.

En atención a lo citado en forma precedente, el deceso de este ilustre personaje, fue precedido, posible y lamentablemente, por una corta pero muy  dolorosa agonía, probablemente ocasionada por alguno de los aspectos señalados en este acápite.

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Fotografía 9: Ingrreso al Castillo de la Glorieta en la actualidad (Fuente: El autor. Sucre Bolivia)

EL OCASO DEL PRINCIPADO.

Sin descendientes sanguíneos directos, la fortuna de Francisco Argandoña fue heredada por su esposa, quien falleció veinticuatro años más tarde el 29 de octubre de 1933. A ello, siguió un sórdido enfrentamiento entre sus parientes colaterales para disputarse la herencia, que llegaron a extremos muy graves mencionados por  Roberto Querejazu Calvo, en el libro ya mencionado: “La muerte de Alfredo Herrera Urioste y la división de los cuarenta sobrinos de Doña Clotilde en dos campos antagónicos, fueron el trágico epílogo de la historia de los “Príncipes de La Glorieta”. (Querejazu. 1982: Pág. 88)

El Castillo no pudo ser conservado adecuadamente por su excesivo costo de mantenimiento. A ello se sumó la caída de los precios de la plata y la fusión del Banco Argandoña al Banco Nacional de Bolivia. Como a todo lo humano y lo material, llega el inexorable final, los buenos tiempos habían terminado.  En 1966 durante el Gobierno de Rene Barrientos Ortuño, La Glorieta fue adquirida de los herederos remanentes, para convertirlo en parte de la infraestructura del Liceo Militar, perteneciente a las Fuerzas Armadas de Bolivia.

Quedan aún los vestigios de ese pasado espléndido, cuyo referente perpetuo es ese caprichoso Castillo a las orillas del Rio Quirpinchaca,  símbolo de días más venturosos y ahora olvidados, que hoy se disipan con el polvo del tiempo, perpetuándose la memoria del Príncipe Francisco Argandoña, en el frio mármol de una espléndida tumba en el florido Cementerio de Sucre, ciudad que aún lo recuerda como una de sus mayores glorias.

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Fotografía 10: Tumba de Francisco Argandoña en el Cementerio General de Sucre (Fuente: El Autor . Sucre Bolivia)

BIBLIOGRAFÍA

  1. Argandoña Fernández de Córdova, María del Carmen. DON FRANCISCO DE ARGANDOÑA Y REVILLA EN LAS RELACIONES DIPLOMÁTICAS CON RUSIA Y ALEMANIA. RAICES 3. Revista de la Academia de Ciencias Genealógicas y Heráldicas de Bolivia. La Paz. 2010.
  2. Canseco Oliva, Dario; Sandi Copa, Silvia Olivia. SISTEMA CONSTRUCTIVO DE LA TORRE DEL CASTILLO DE LA GLORIETA. Bolivia. 2015. http://www.sedhc.es/biblioteca/actas/30-Canseco.pdf
  3. Condarco Morales, Ramiro. ANICETO ARCE: ARTÍFICE DE LA EXTENSIÓN DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN BOLIVIA. Fondo Editorial de Los Diputados. Segunda Edición. La Paz. 2002
  4. Marof, Tristán. LA ILUSTRE CIUDAD. Segunda Edición. Empresa Editora Universo. La Paz. 1950.
  5. Gisbert, Teresa y J. Mesa. HISTORIA DEL ARTE EN BOLIVIA PERIODO REPUBLICANO. VOLUMEN 3. Gisbert y Cia. S.A. La Paz. 2012
  6. Mitre, Antonio. LOS PATRIARCAS DE LA PLATA. ESTRUCTURA SOCIO ECONÓMICA DE LA MINERÍA BOLIVIANA DEL SIGLO XIX. Instituto de Estudios Peruanos. Primera Edición 1981.
  7. Querejazu Calvo, Roberto. ADOLFO COSTA DU RELS: EL HOMBRE, EL DIPLOMÁTICO, EL ESCRITOR. Editorial Los Amigos del Libro. Cochabamba. 1982.
  8. Varios Autores. BOLIVIA EL MILENIO EL SIGLO XX EN SUCRE, LA PAZ, COCHABAMBA Y EL MUNDO.  Grupo Canelas. Cochabamba. 1999.

AGRADECIMIENTO ESPECIAL, por su valioso aporte al presente artículo, en el acápite referido a la Galantina de Pavo, a GERMÁN DÁVALOS MACHICADO,  Director en Bolivia de la Federación Latinoamericana de Master Chefs. Jurado Intercontinental de Cocina de Competencia. Creador de la Cocina Andina de Competencia. Antropólogo Culinario. Médico Forense UBA. Creador de la Cocina Mestiza Internacional. Especialista en Química Culinaria.

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