Quienes conocen algo de Historia saben quién fue Charles De Gaulle, militar y político francés que encarnó la Resistencia de su país ante la invasión nazi, quien logró que Francia ocupase con pleno Derecho su lugar entre los vencedores de la Segunda Guerra Mundial y llevó a cabo una labor de verdadero reformador político instaurando la Quinta República, un régimen más estable y equilibrado donde el Presidente y el Poder Ejecutivo ya no se encontraban a expensas de los designios, intrigas y caprichos de los partidos políticos que conformaban del Parlamento. Pero no se tocarán estos aspectos ahora. 

Charles De Gaulle fue también un hombre común, con una familia y sus problemas. Su última hija Anne, adolecía del Síndrome de Down, la niña era incapaz de hablar o de conocer, incluso no podía caminar. Muchos le recomendaron su internación en un centro de salud para estos pacientes, sin embargo él se negó, De Gaulle consideraba a Anne un regalo de Dios y junto a su esposa Yvonne, harían todo lo que estuviese en sus manos para hacerla feliz. 
El General era un hombre de un temperamento muy inflexible, duro, intratable, muchas veces soberbio y arrogante, no era muy dado a muestras de afecto con nadie, ni siquiera con su cónyuge o sus hijos mayores Phillipe y Elisabeth con quienes era muy rígido. Sin embargo, con Anne era muy distinto, parecía no tener ninguna armadura, mucho más sencillo y desenvuelto, con la niña era muy cariñoso y paciente, jugaba y daba largos paseos con ella, también le contaba historias de su niñez y juventud. Incluso entonaba para ella viejas canciones de su terruño. Era como él decía, su alegría. Anne casi no hablaba pero la única palabra que lograba articular claramente era Papá. 

Quizás inconscientemente , De Gaulle al asumir su tenaz renunencia a rendirse ante los alemanes, protegió a su hija del posible infausto destino al que estaban destinadas las personas con discapacidades, debido a las brutales políticas genéticas nazis, que se evidenciaron posteriormente con el avance de las fuerzas aliadas en campos de concentración y hospitales dentro de Alemania, con horribles pruebas y testimonios.
Anne murió poco después de la finalización de la Segunda Guerra Munidial, el 6 de Febrero de 1948, en su tumba Charles de Gaulle con la voz trémula le dijo a su mujer Yvonne : “Ahora ella es como todas las demás”. Nunca olvidó a su amada hija. Por ello fundó un centro donde niñas y muchachas de la misma condición eran tratadas y atendidas. 
Sin embargo, la Historia del General De Gaulle y Anne no termina allí. Cuando se produjo uno de los atentados contra la vida de De Gaulle en su segunda vuelta a la Presidencia, el 22 de Agosto de 1962, una ráfaga de ametralladora acribilló el auto presidencial y una bala se encontraba dirigida directa al corazón del Presidente, pero esta rebotó en un pequeño medallón que contenía la foto de Anne. 
Charles De Gaulle murió el 9 de Noviembre de 1970, pidió exequias en extremo sencillas con la única petición especial de ser sepultarlo a lado de su amada hija Anne y así fue. 
La monumental figura de Charles De Gaulle ha llenado libros enteros de sus detractores y apologistas. Sin embargo, esta parte de su vida rebela a un hombre que supo afrontar una circunstancia difícil y ver en ella una bendición, una misión paternal que cumplir y eso repercutió en todos los aspectos de su vida privada y pública. La pequeña Anne , influyó silenciosamente en su padre para demostrar que ninguna tarea es imposible . Un vínculo de amor que discretamente cambió una parte de la Historia Universal.
“Ella me ayudó a superar las debilidades de los hombres y ver más allá de ellas” Charles De Gaulle sobre su hija Anne.