Memento Mori: Recuerda Que Morirás – El Rostro de la Muerte.
La fotografía post mortem del siglo XIX y principios del Siglo XX, como recordatorio de nuestra temporalidad terrena
El dolor hace que los seres humanos hagamos cosas extrañas, muchas veces, sin pensarlo, macabras. Los retratos post mortem fueron algo común en el Siglo XIX y principios del Siglo XX, desde el instante que se inventó el daguerrotipo y la fotografía.
La práctica consistía en vestir el cadáver de un difunto con sus ropas personales y hacer que participe de un último retrato grupal, con sus compañeros, familiares, amigos, o retratarlo individualmente, en el lecho de muerte o posando pretendiendo estar vivo.
La fotografía mortuoria no era considerada morbosa, debido a la ideología social de la época del romanticismo victoriano. En dicho período se tenía una visión nostálgica de los temas medievales y se concebía la muerte con un aire mucho más sentimental, llegando algunos a verla como un privilegio
En Europa y Norteamérica se retrataba a los monarcas u hombres públicos como políticos y escritores en el momento de su expiración. Latinoamérica y Bolivia particularmente, no fueron la excepción, existiendo servicios de fotógrafos que se dedicaban a esta peculiar práctica de retratos, que incluso se remitían como postales. He aquí algunos ejemplos:
ADOLFO BALLIVIAN COLL
Este presidente boliviano, descendiente del Mariscal José Ballivián, gobernó entre 1873 a 1874. Su periodo de gobierno fue extremadamente corto, puesto que se detectó en el mandatario un cáncer avanzado de estómago. Sin embargo, las crónicas de ese tiempo señalan que aún con el dolor que producía la enfermedad, asistía trabajosamente a su despacho. Encontrándose el fin próximo, renunció al mando y se dirigió hacia Chuquisaca, específicamente a la localidad de Nucchu donde falleció. En esta fotografía se lo ve recostado en su lecho de muerte con la banda presidencial, en uniforme militar, rodeado por militares.
HILARIÓN DAZA GROSELLE
Para enfrentar los cargos surgidos en su contra durante la trágica Guerra del Pacífico acaecida entre 1879 y 1880, específicamente respecto a la infame Retirada de Camarones, Hilarión Daza llegó el año 1894, en el ferrocarril de Antofagasta hasta la localidad de Uyuni en el Departamento de Potosí, donde fue recibido con improperios e insultos en la estación de tren. La apatía y negligencia de sus custodios, hacían prever que nadie movería un dedo ante un posible atentado. Saliendo a su alojamiento en una de las polvorientas calles de esta población cercana al salar, Daza fue victimado por la espalda por sus propios escoltas.
Velado en muy limitadas condiciones, hubo oportunidad para una fotografía post mortem. Paradójicamente Daza es uno de los presidentes con más fotografías oficiales, esta última ocasión no podía ser la excepción.
GABRIEL GARCIA MORENO
Dictador del Ecuador, Presidente prácticamente teocrático, que consagró a su país al Sagrado Corazón de Jesus, generó dura resistencia en los sectores liberales. El 6 de agosto de 1875, a las puertas del Palacio de Carondelet de Quito, fue brutalmente apuñalado y golpeado por un grupo de subversivos hasta provocarle la muerte a los pocos minutos.
El magnicidio causó tal impresión a la sociedad ecuatoriana, que se determinó que fuese embalsamado, vestido con todas sus galas, fotografiado y sentado en lugar de honor para presidir su propio funeral.
BENITO JUAREZ
Benemérito de Las Américas, Presidente Constitucional de México, Restaurador de la República, vencedor de Maximiliano de Habsburgo y de los conservadores. Juarez vivió con sencillez y su muerte no fue la excepción. Habiendo fallecido su esposa Margarita Maza, se refugió en su hogar con los que quedaban de su familia y dormía acompañado por su hijo menor en sus aposentos del Palacio Nacional de la Ciudad de México.
Un día después de atender su despacho, sintió una fuerte opresión en el pecho, un dolor muy agudo. Los médicos lo revisaron y determinaron que se trataba de una angina de pecho. Le aplicaron los remedios a su alcance en ese tiempo, entre ellos echarle baldes de agua hirviendo sobre el pecho, circunstancia extrema que simplemente agravó al agonizante, muriendo poco después.
Se le rindieron honores magníficos en un funeral de Estado, custodiado por sus ministros y generales. Fue enterrado posteriormente en el Cementerio de San Fernando de la Ciudad de México.
MAXIMILIANO DE HABSBURGO.
El rival de Juárez. Descendiente de una de las monarquías más antiguas de Europa, los Habsburgo. Coronado Emperador de México fue fieramente combatido por los republicanos, hasta ser derrotado y ejecutado en el Cerro de las Campanas en 1867. El trágico destino de sus restos fue toda una crónica macabra. Primero fue diseccionado y embalsamado, retirándosele las vísceras y colocándole ojos falsos. Las damas de sociedad pasaban superticiamente pañuelos blancos, para que fuesen remojados en la sangre del monarca y tener la sangre de un Emperador.
El procedimiento de embalsamiento falló y el cuerpo empezó a corromperse. Finalmente después de muchas peripecias en su traslado primero a la ciudad de Mexico y luego al puerto de Veracruz, incluyendo ataúdes pequeños donde las piernas del emperador colgaban, pasando por un segundo embalsamamiento, hasta caídas del ataúd de las carretas que lo trasladaban, el cuerpo fue embarcado hacia Austria, para ser enterrado en la Cripta de los Capuchinos.
ABRAHAM LINCOLN
Presidente de los Estados Unidos. Vencedor de la Guerra de Secesión. En 1865 asistió a una función de teatro donde John Wilkes Boot le disparó en la cabeza. Pese a los esfuerzos de los galenos, la bala se alojó en el cerebro siendo una agonía lenta como prolegómeno a una muerte inminente.
Fue custodiado en su funeral por sus generales y embarcado en un tren funerario que recorrió los principales lugares de la Unión. El asesino y sus cómplices fueron sumariamente juzgados y ejecutados.
NAPOLEÓN III Y EL CANCILLER OTTO VON BISMARCK LOS CONTENDIENTES DE LA GUERRA FRANCO PRUSIANA
El Emperador Napoleón III y el Canciller de Prusia, Otto Von Bismarck, fueron encarnizados rivales en la Guerra Franco Prusiana de 1870, un conflicto que fue una de las causas para la disputa entre Francia y Alemania en posteriores dos conflictos mundiales.
Napoleón III tenía piedras en la vejiga, siendo un dolor intenso que apenas le permitía caminar, al final decidió someterse a una operación que falló por los limites de ese tiempo en la cirugía, gangrenando la herida, muriendo poco tiempo más tarde. Se menciona que esta dolencia le impidió la claridad durante el conflicto con Prusia puesto que no podía montar caballo y la necesidad de orinar era extremadamente dolorosa impidiéndole incluso caminar.
Bismarck, sufrió en su vejez el desdén del nuevo Kaiser Guillermo II, recluyéndose en su propiedad, una lenta gangrena destrozo una de sus piernas reduciéndolo a una silla de ruedas. Murió dejando un último mensaje en su ataúd, como afrenta al joven monarca, ya que ambos en vida sentían mutua antipatía: “Un leal alemán, sirviente del Emperador Guillermo I”
ALEJANDRO III ZAR DE RUSIA
Enorme y hercúleo, de casi dos metros de estatura, este monarca sufrió relativamente a una edad temprana, de una nefritis provocada por un golpe, que lo llevó prematuramente a la tumba, dejando a su joven e inexperto hijo Nicolás II como heredero del trono ruso, siendo el principio del fin de la dinastía Romanov
PETER ILICH TCHAIKOVSKY
Genial compositor ruso, cuya muerte siempre estuvo rodeada por el misterio, con preguntas que hasta ahora no han sido resueltas: ¿Cómo contrajo el cólera? ¿Fue en realidad un suicidio? ¿Fue obligado a suicidarse?
La exposición del cadáver era impensable para un difunto afectado por el cólera por el riesgo del contagio, pero el ataúd estaba abierto, tomándosele incluso una máscara mortuoria. Sin embargo, mas allá de los rumores perniciosos, sus exequias fueron extraordinarias. El Zar Alejandro III lo dijo claramente: “Hay muchos duques y nobles, Tchaikovsky uno sólo”
MARCEL PROUST
Uno de los mayores escritores de la literatura universal. Creador de la monumental serie de siete libros denominados “En Busca del Tiempo Perdido”, era muy delicado de sus pulmones, puesto que sufría de asma, llegando a recluirse totalmente en una habitación totalmente cubierta por corcho para evitar ruido y la filtración del polvo, viendo de galletas y te. Finalmente, en 1922, al concluir el último libro “El tiempo recuperado”, murió de una letal neumonía.
La muerte es inminente para todos, tarde o temprano, recordándonos constantemente nuestra frágil humanidad.
Respice post te! Hominem te esse memento! / "¡Mira tras de ti! Recuerda que eres un hombre"
ADVERTENCIA: Para no lastimar susceptibilidades, se han seleccionado únicamente fotografías de hombres públicos, al existir en circulación otras fotografías demasiado crudas o perturbadoras, que pueden herir sensibilidades.