Dentro de los mundiales de fútbol, Brasil siempre fue el paradigma del juego bonito y atildado además de ser el gran referente latinoamericano del balompié junto con Argentina y Uruguay. Sólo recordar 1970 y el Mundial de México nos hace evocar al mejor equipo que alguna vez vio el Mundo.

En el Mundial de México de 1986, en los cuartos de final, la escuadra brasilera que deslumbró en España 82, volvía a intentar ceñirse la corona esquiva desde la final en el Azteca, aún estaban allí Sócrates, Junior y un lesionado Zico, pero reforzados por Alemao, Careca y Branco. Cuando llegaron a esa fase,  se enfrentaron a la gran escuadra de Francia comandada por Michel Platini y sus amigos Tigana, Rochetau, Batts, Fernández y Stopira entre otros. Los franceses fueron de los mejores de 1982, baste recordar la titánica semifinal contra Alemania Federal que se definió por penales, siendo adversos a los galos, siendo un partido que incluyó casi un muerto, Battiston, ocasionado por la brutal salida del portero Schumacher, que le provocó una conmoción cerebral y dos dientes menos.

Guadalajara vio uno de los partidos más electrizantes de la Copa del Mundo, anotó Careca para luego igualar Francia por intermedio de Platini. La batalla siguió y llegaron oportunidades de ida y vuelta para ambos en un encuentro equilibrado. La entrada de Zico fue celebrada por la torcida brasilera, faltando menos de cuarto de hora para el epílogo se cobró un penal en favor de Brasil que pudo cambiar la historia, sin embargo, el gran jugador brasilero erró.

Sin nada que resolver en el tiempo extra, los cuadros se fueron al drama de los penales. Falló Sócrates y todo parecía ser un desastre, sin embargo el ídolo y capitán francés en el día de su cumpleaños desperdició su turno y parecía vivir el infierno, no obstante Julio Cesar estrelló su disparo en el poste y definió el partido Fernández quien le otorgó a Francia su segundo pase consecutivo a las semifinales.

Pero las desventuras de Brasil contra Francia sólo empezaban. En 1998 la generación dorada del fútbol francés con Zidane, Deschamps, Desailly, Blanc, Petit, Barthez , Henry, Trezeguet, Thuram y Dyorkaeff, se enfrentó a un conflictuado, algo alicaído pero igualmente temible Brasil de Dunga, Roberto Carlos, Rivaldo, Taffarel, Bebeto, Cafu y su gran estrella Ronaldo. Aún hasta el día de hoy no se explica que pasó en las horas previas al partido final, pero Ronaldo parecía enfermo perdido y no tuvo un rendimiento adecuado.

El partido en el Estadio de Francia, fue una embestida de los locales desde el inicio, quienes atacaron infructuosamente contra una sorprendida y desorientada defensa brasilera. El delantero francés Guivarch se cansó de fallar goles. Fue en ese momento que apareció el máximo astro del futbol francés, Zinedine Zidane, quien con dos certeros cabezazos destruyó el sueño de un pentacampeonato (Uno de ellos por entre las piernas de Roberto Carlos).

El segundo tiempo fue una desesperada subida brasilera, que no encontraba un resquicio, los franceses fieles a una historia de sinsabores y sin exagerar tragedias de su propio país, resistieron estoicamente, cada vez que los cariocas atacaban, la angustia en los ojos de la afición era tan evidente como la que Francia vivió con la ocupación alemana , en cualquier momento, viejos fantasmas parecían volver hacer aparecer tiempos dolorosos.

Sin embargo, la tenacidad francesa era inquebrantable, con un hombre menos, Desailly fue expulsado por una patada tardía a Cafu, un contragolpe letal de Petit asistido por Vieira liquidó el juego. Francia se coronó campeón por primera vez en su historia. Nunca la Marsellesa se escuchó tan épica y gloriosa como en ese día de Julio de 1998.

La historia no concluyó allí, en el Mundial de Alemania 2006, estos dos colosos volvieron a medir fuerzas, muchos de los que estuvieron en 1998 retornaron para esta cita: Zidane , Roberto Carlos, Barthez, Cafu, Henry, Ronaldo; ambos lados reforzados por Ronaldiño Gaucho, Robiño, Dida, Sagnol, Kaka, Ribery, Malouda entre otros. Cabe recalcar que Brasil ya era Pentacampeón por su triunfo en 2002 en Japón Korea.

Al principio el “jogo bonito” parecía cobrar potencia y arramplar al rival, sin embargo, el mayor maestro del futbol francés Zidane, se encontraba en su mejor momento para despedir su brillante carrera de la forma más gloriosa (luego vino el cabezazo a Materazzi, que es otra historia), quien con un pase milimétrico que parecía dirigido con un láser, hizo que la pelota llegara exactamente a los pies de Henry, quien liquidó sin piedad al portero Dida.

Nada pudo hacer Brasil ante el desconsuelo de sus seguidores, nuevamente su cancerbero les cobraba factura. Francia estaba en camino a otra final y Brasil mascullaba la bronca y la decepción, con la tristeza adicional que varios de sus extraordinarios jugadores decían adiós.

El futbol hace aflorar los sentimientos más intensos y apasionados. En 1986 la derrota de Brasil fue tan dolorosa, que personalmente el que escribe estas líneas, siendo un niño de once años, lloró desconsoladamente la eliminación de Brasil, sin hallar explicación posible, los ídolos de la escuadra de 1982, nunca podrían ser campeones.

En 1998, la apuesta era por Francia, porque era un equipo compacto y nuevo, que hizo prevalecer su condición de local, con pundonor y esfuerzo sin par, nadie daba un centavo por este cuadro, pero de estas filas despreciadas y vilipendiadas, salió una generación gloriosa donde su mayor referencia y nuevo héroe del futbol fue Zinedine Zidane.

En 2006, Francia nuevamente dio cuenta con el gran pentacampeón Brasil, favorito nuevamente, liderados por el sobrio pero espectacular Zidane, los franceses despidieron a grandes estrellas del Brasil como Ronaldo, Roberto Carlos y Ronaldiño Gaucho, haciendo que los recordemos para siempre.