¿Cabe seguir oponiéndose?
Dos importantes instituciones -la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)- emitieron en mayo un Informe conjunto que resulta lapidario para quienes se oponen a la producción masiva de alimentos con la ayuda de la biotecnología, bajo el gran propósito de que la gente no muera de hambre y los agricultores mejoren su calidad de vida.
Dos importantes instituciones -la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)- emitieron en mayo un Informe conjunto que resulta lapidario para quienes se oponen a la producción masiva de alimentos con la ayuda de la biotecnología, bajo el gran propósito de que la gente no muera de hambre y los agricultores mejoren su calidad de vida.
El Informe OMS/FAO -en facilito- dice que el uso del satanizado herbicida “glifosato” en cultivos genéticamente modificados es inocuo y, por tanto, el consumir tales alimentos no entraña riesgo para la salud humana ni animal.
Pero no solo la OMS y la FAO esclarecieron aquello, sino que -a Dios gracias, en mayo también- la Academia Nacional de Ciencias de EEUU entregó el sesudo estudio “Cultivos Genéticamente Modificados: Experiencias y Perspectivas” -elaborado por un Comité de 20 expertos que revisó centenares de estudios- concluyendo que los alimentos genéticamente modificados son seguros para la salud y el medioambiente y que la biotecnología ayuda a que el agricultor mejore sus ingresos al bajar los costos de producción y subir la productividad real del cultivo.
Por su parte, la especialista boliviana educada en México, Alemania y EEUU, Cecilia González Paredes, Ingeniera Biotecnóloga Ambiental con Maestría en Biología y Sociedad, explicó que aquellos estudios determinaron que los cultivos genéticamente modificados no tienen una correlación directa con el cáncer, la obesidad, el autismo, la insuficiencia renal, las alergias y otros males que -por ignorancia o intereses concretos- les endilgan algunas personas y ONG; por el contrario, el uso de biotecnología ayuda a bajar el envenenamiento por insecticidas/herbicidas y disminuye la contaminación del medioambiente.
Si los estudios de la OMS/FAO, Academia Nacional de Ciencias de EEUU y cerca de otras 250 instituciones han concluido que los alimentos genéticamente modificados no dañan la salud ni el medio ambiente…¿cabe seguir oponiéndose a tal tecnología?
Quiera Dios que tan categóricos dictámenes ayuden a superar la desinformación en contra de los organismos genéticamente modificados (OGM), ya que la biotecnología -bien normada y administrada- ayudará al acople de la Agenda Patriótica del Bicentenario 2025 del Gobierno con la Agenda Agroproductiva privada, para producir más y mejores alimentos, consagrar la soberanía alimentaria y dar de comer al mundo, incluso a quienes viven de los mitos anti-OGM…
Santa Cruz, 8 de junio de 2016